Donald Trump. | CARLOS BARRIA

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El presidente saliente de EEUU, el republicano Donald Trump, defendió este martes como «totalmente apropiada» su arenga para que sus seguidores marchasen hacia el Capitolio, que desembocó en un asalto al Congreso, a la vez que rechazó la violencia en medio de un ambiente de tensión política no visto en EE.UU. en décadas.

«Si lees el discurso (...) la gente pensó que lo que dije fue totalmente apropiado», afirmó hoy el mandatario a los periodistas en la Casa Blanca poco antes de salir de viaje hacia Texas, para visitar las labores de construcción del muro fronterizo.
«No queremos violencia», agregó.

Se trata de las primeras declaraciones públicas de Trump tras la caótica jornada del miércoles pasado, que dejó cinco muertos, en la que una turba de sus seguidores asaltaron el Capitolio.

En medio de la convulsión política y a apenas a ocho días de que deje la Casa Blanca, la Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, ha anunciado que abrirá un nuevo proceso de enjuiciamiento político bajo la acusación de «incitar una insurrección» por el asalto al Capitolio de la semana pasada.

En un hecho sin precedentes en la historia reciente, la Cámara tiene previsto votar esta tarde para instar al vicepresidente, Mike Pence, a destituir a Trump, bajo la enmienda 25 de la Constitución, algo poco probable que ocurra dado su rechazo, por lo que se pasará a la votación del enjuiciamiento el miércoles.

El proceso iniciado este lunes en la Cámara Baja promete obligar al Senado a someter a Trump a un juicio político que se desarrollará cuando el presidente electo, Joe Biden, ya esté en el poder, y que por tanto no tendrá como principal objetivo la destitución del mandatario sino su posible inhabilitación para ejercer futuros cargos políticos.

«RIDÍCULA CAZA DE BRUJAS»
Trump calificó la apertura del segundo juicio político en su contra como algo «absolutamente ridículo» y «una continuación de la mayor caza de brujas de la historia de la política».

Asimismo, advirtió que esta iniciativa de los demócratas está generando «un tremendo enfado».

En el violento asalto al Congreso, en el que fallecieron cinco personas, entre ellas un policía, se vio abundante simbología de extrema derecha y del supremacismo blanco, y los congresistas tuvieron que ser evacuados de emergencia hacia un lugar seguro en los sótanos del Legislativo estadounidense.

Este fin de semana las autoridades de EE..UU. comenzaron las detenciones debido al asalto bajo cargos federales de los participantes, entre los que se encuentran exmiembros de las fuerzas armadas, representantes de la teoría conspirativa QAnon y un legislador estatal.

«GENTE MUY ESPECIAL»
En las tensas horas de asedio y toma del Capitolio, Trump se dirigió a los asaltantes como «gente muy especial» y calificó la jornada como «un día increíble».

Sus comentarios provocaron una ola de indignación de los demócratas, y de algunos republicanos, quienes criticaron que Trump había violado su juramento de protección y defensa de la Constitución.

Pese a su derrota en las elecciones presidenciales de noviembre pasado frente al demócrata Joe Biden, Trump no ha reconocido la victoria de su rival y ha insistido en sus acusaciones de fraude electoral, desestimadas por los tribunales por falta de pruebas.

La ceremonia formal de toma de posesión de Biden está prevista para el próximo 20 de enero, acto al que Trump, rompiendo la tradición histórica, ya ha anunciado que no acudirá.

Para tratar de evitar enfrentamientos violentos, las autoridades de EE.UU. han ordenado un enorme despliegue policial en la capital estadounidense.

Washington se reforzará con más de 10.000 miembros de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad, mientras que la alcaldesa de la ciudad, Muriel Bowser, ha pedido al público que no asista a la celebración en la explanada del National Mall, en el centro de la ciudad.