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Con una situación sanitaria preocupante pero menos grave que la de varios de sus vecinos, Francia anunció hoy que mantiene el cierre de la hostelería, la cultura y el deporte a fin de evitar un agravamiento aún mayor de la pandemia.

Además, exigirá una prueba PCR negativa para poder entrar al país desde Reino Unido y Suráfrica, países donde se han detectado nuevas cepas muy agresivas del coronavirus, y acelerará su campaña de vacunaciones.

«El nivel de contagios en nuestro país sigue siendo elevado, e incluso tiene tendencia a progresar desde mediados de diciembre», a pesar de que es menos grave que en países vecinos como Reino Unido, Alemania o Suiza, reconoció hoy en conferencia de prensa el primer ministro, Jean Castex.

Castex señaló que «a pesar del inicio de la campaña de vacunación no podemos bajar la guardia», porque «la situación sanitaria se ha vuelto más frágil en las últimas semanas».
Por ello, el Gobierno decidió que bares y restaurantes no podrán abrir sus puertas hasta «como mínimo, mediados de febrero».

En cambio, cines, teatros, museos, salas de espectáculos y centros deportivos solo quedan cerradas, «por el momento», hasta finales de este mes.

Las estaciones de deportes de invierno seguirán cerradas por ahora y el 20 de enero se estudiará su posible reapertura.

Los departamentos económicos del Gobierno mantendrán las ayudas a los sectores afectados por la continuación de estos cierres.

Todos estos sectores están cerrados desde el inicio del segundo confinamiento, a finales de octubre, por lo que cumplirán como mínimo tres meses sin actividad.

Además, el toque de queda en todo el país a partir de las 20.00 horas, que comienza a las 18.00 en quince departamentos del este donde la pandemia es ahora más grave, se mantendrá al menos hasta el 20 de enero.

El Gobierno estudiará mañana colocar a otros diez departamentos del este del país en el toque de queda reforzado, avanzó el primer ministro.

SIGUE ALTA LA PRESIÓN HOSPITALARIA

Castex justificó estas medidas en la presión «muy fuerte» que sufre el sistema hospitalario francés, ya que se produce un nuevo ingreso en cuidados intensivos «cada siete minutos».
La mitad de las camas de cuidados intensivos están ocupadas por enfermos de coronavirus, por lo que los hospitales siguen teniendo que aplazar operaciones quirúrgicas de otras enfermedades, añadió el jefe del Gobierno.

El Gobierno anunció también que se exigirá una prueba PCR negativa realizada en las 72 horas previas a los viajeros procedentes del Reino Unido y Suráfrica, los países de origen de las dos recientes mutaciones del coronavirus. En Francia se han detectado ya 19 casos de la mutación británica.

«Debemos hacer todo lo posible para frenar esta mutación», afirmó por su parte el ministro de Sanidad, Olivier Véran, quien recalcó que esa variante es «más contagiosa, especialmente entre los niños».

Castex avanzó además una aceleración del programa de vacunación, que comenzó lentamente por decisión del Gobierno con el objetivo de ir ganando velocidad según llegan más vacunas y se va mejorando el proceso. «No hay que confundir la precipitación con la velocidad», subrayó.

En este sentido, el Gobierno francés mantiene su objetivo de vacunar a un millón de personas de aquí a final de mes.

El ministro de Sanidad indicó que la segunda dosis de la vacuna de Pfizer puede aplicarse hasta seis semanas después de la primera (frente a las tres semanas recomendadas inicialmente), lo que «nos permite tener ahora» más vacunas.

Las últimas cifras sobre la pandemia en Francia, divulgadas este jueves, muestran una ligera reducción de contagios diarios (21.703) y de fallecimientos (277), aunque sigue aumentando el nivel de positividad, con un 5,4 % de todos los test realizados.
Con estos datos, el país totaliza ya 2,727 millones de casos y 66.841 muertes.