El candidato demócrata Joe Biden comparece en el recuento de las elecciones norteamericanas. | Efe

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El candidato presidencial demócrata, Joe Biden, roza la victoria en las elecciones de EE.UU., mientras su rival, el presidente Donald Trump, desafió el escrutinio en tres estados clave a medida que se reducían sus opciones de reelección.

Al ganar en los estados clave de Michigan y Wisconsin, según las proyecciones de los principales medios de comunicación, Biden sumó 264 delegados en el Colegio Electoral y queda a un paso de lograr los 270 compromisarios que dan las llaves de la Casa Blanca, frente a los 214 que acumula Trump.

Sin embargo, el presidente y su campaña insistieron en sus opciones de victoria y pidieron un recuento de los votos en Wisconsin, además de presentar sendas demandas en Michigan y Pensilvania para detener el escrutinio y presionar al Tribunal Supremo para que intervenga en ese último estado.

Biden araña la victoria

El candidato demócrata compareció la tarde del miércoles ante los medios en Wilmington (Delaware) para intentar proyectar confianza en el escrutinio y optimismo sobre su posible victoria, mientras el país seguía en vilo por lo ajustado de los resultados.

«Una vez finalizado el conteo, seremos ganadores», pronosticó Biden, acompañado por la candidata demócrata a la Vicepresidencia, Kamala Harris.

«Nadie nos va a quitar nuestra democracia, ni ahora ni nunca», añadió Biden, que ha denunciado los intentos de Trump de proclamarse ganador de las elecciones sin tener resultados definitivos.

Biden celebró haberse convertido en el candidato presidencial más votado de la historia de EE.UU., al reunir más de 70 millones de votos de los casi 160 millones que se emitieron en estas elecciones, caracterizadas por la mayor participación en 120 años, desde 1900.

Su campaña se mostró muy optimista desde primera hora de la mañana, cuando su jefa de campaña, Jen O'Malley Dillon, aseguró que veía «un camino claro hacia la victoria».

Cuatro estados en juego

Ese camino pasa por conquistar al menos uno de los cuatro estados clave que quedan en juego: Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia y Nevada.

Con más del 86 % escrutado en todos ellos, Biden está en cabeza solo en Nevada -que otorga 6 votos electorales, justo los que necesita para llegar a 270-, mientras que Trump le adelanta por estrechos márgenes en los otros tres.

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En Pensilvania, la mayoría de los votos que quedan por contabilizar son por correo, que generalmente tienden a ir a parar a los demócratas, lo que podría recortar la ventaja de más de 260.000 votos que Trump sacaba a Biden la tarde del miércoles.

Consciente de que su camino hacia un segundo mandato se estrechaba, Trump se proclamó este miércoles ganador en Pensilvania, Georgia, Carolina del Norte y Michigan, algo que parece falso porque no hay resultados definitivos ni proyecciones que corroboren ese extremo.

Trump desafía el proceso

Su campaña pidió un recuento en Wisconsin, dado que la ventaja que le sacaba Biden era inferior al 1 % de los votos, y presentó al menos dos demandas en otros dos estados que le dieron las llaves de la Casa Blanca en 2016.

En Michigan y Pensilvania, el equipo de Trump interpuso demandas para parar el escrutinio de votos por considerar que sus observadores no han tenido el acceso debido al lugar donde se está realizando.

Además, en Pensilvania, la campaña del presidente se ha sumado a un litigio que pretende que el Tribunal Supremo detenga el recuento de ciertos votos, y ha presentado otra demanda para poner límites al plazo concedido a quienes votan por primera vez para confirmar que tienen la identificación necesaria.

«Nuestros abogados han pedido un 'acceso significativo' (al lugar de escrutinio), pero ¿de qué sirve eso?", escribió luego en Twitter el presidente, aparentemente desanimado por la estrategia de su equipo.

«El daño ya está hecho a la integridad de nuestro sistema, y a las elecciones presidenciales en sí. ¡De esto es de lo que deberíamos hablar!», clamó Trump.

Su campaña pide esperar

Al contrario que su rival, Trump no compareció en público a lo largo de la jornada, y dejó los comentarios en manos de su campaña, que se mostró confiada en poder proyectar una victoria del mandatario este viernes.

Es entonces cuando el equipo de Trump confía en que termine el escrutinio en Arizona, un estado que las proyecciones de muchos medios de comunicación ya han atribuido a Biden pero que el mandatario insiste en que está en juego.

Pese a lo ajustado de los resultados y su posible derrota, Trump ya ha conseguido al menos cinco millones de votos más que en 2016, con al menos 67,9 millones de sufragios a su favor frente a los 62,9 millones de hace cuatro años.

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