Las nubes de mosquitos llegaron con el huracán Laura y dejaron entre 300 y 400 vacas, decenas de ciervos y algunos caballos muertos.

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A los demoledores incendios que asolan el estado de California, en Estados Unidos, se ha unido una plaga de mosquitos que ha acabado con la vida de numerosos animales. Los enjambres llegaron de la mano del huracán Laura, de categoría cuatro, que dejó 25 muertes tras su paso, según informa AP y recogen en Gizmodo.

Entre 300 y 400 vacas, decenas de ciervos y algunos caballos han sido las víctimas de estos mosquitos, lo que ha obligado a los ganaderos de varios condados a comenzar a fumigar con insecticida para acabar con ellos.

El veterinario Craig Fontenot piensa que sus muertes se deben al gran número de picaduras a las que se ven sometidos, lo que les provoca anemia y graves hemorragias bajo la piel. Aunque también cree que otra de las causas de los fallecimientos es el agotamiento: se desplazan durante tanto tiempo huyendo de los insectos que terminan por morir de cansancio.

Las batidas de fumigación de insecticida ya han comenzado en algunos estado, lo que «ha reducido enormemente la población [de mosquitos], ha sido como el día y la noche», asegura un trabajador del Centro Agrícola de Louisiana en el condado de Acadiae, que señala que en otros territorios van a contra reloj trabajando para acabar con los mosquitos.

Los enormes incrementos en el número de mosquitos de una zona están estrechamente relacionados con los huracanes. Los adultos no son capaces de sobrevivir a vientos de este calibre, pero sí sus huevos, que pueden eclosionar una vez haya pasado el fenómeno meteorológico y provocar graves brotes de enfermedades, como ya sucediera en 2005 con el virus del Nilo tras el paso del huracán Katrina.