Ginsburg ha fallecido en Washington «rodeada de su familia» y se celebrará un entierro privado en el Cementerio Nacional de Arlington | Reuters - Estados Unidos

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La jueza del Tribunal Supremo de Estados Unidos Ruth Bader Ginsburg ha muerto este viernes a los 87 años debido a las complicaciones derivadas del cáncer de páncreas que padecía, según ha anunciado la propia corte.

En un comunicado, el Tribunal Supremo ha explicado que Ginsburg ha fallecido en Washington «rodeada de su familia» y se celebrará un entierro privado en el Cementerio Nacional de Arlington, aunque no ha especificado la fecha concreta.

El presidente del Tribunal Supremo, John Roberts, ha lamentado la pérdida de Ginsburg, a la que ha calificado como «una jurista de talla histórica» y de «querida colega». «Hoy lloramos, pero con la confianza de que las generaciones futuras recordarán a Ruth Bader Ginsburg como la conocimos: una incansable y resuelta campeona de la Justicia», ha agregado.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha conocido la muerte de Ginsburg gracias a los periodistas, según ha informado la cadena de televisión CNN. «Era una mujer increíble, estés de acuerdo o no, era una mujer increíble que llevó una vida increíble», ha valorado.

People gather to mourn the death of Associate Justice Ruth Bader Ginsburg at the Supreme Court in Washington

En un comunicado posterior, el mandatario estadounidense ha elogiado a la jueza y ha afirmado que el país «llora la pérdida de una titán de la ley».

Ginsburg fue nombrada jueza del Supremo por el expresidente Bill Clinton en 1993. Fue la segunda mujer designada para el Tribunal Supremo y desempeñó allí su labor durante más de 27 años. Durante los últimos años de su carrera, emitió votos progresistas sobre temas sociales polémicos en Estados Unidos, como el derecho al aborto, el matrimonio homosexual, el derecho al voto, la inmigración o la atención médica.

La muerte de la jueza, a menos de siete semanas de las elecciones de Estados Unidos, ha abierto una lucha política sobre el futuro del Tribunal Supremo estadounidense. La corte se compone de un presidente y ocho jueces asociados, que son nombrados por el presidente del país y confirmados en el Senado. Sirven de por vida y sólo pueden ser destituidos por el Congreso mediante un proceso de destitución o 'impeachment'.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, ya ha confirmado que la cámara alta apoyará al candidato de Trump para el Supremo.

«Los estadounidenses reeligieron nuestra mayoría en 2016 y la incrementaron en 2018 porque prometimos trabajar con el presidente Trump y apoyar su agenda, particularmente sus sobresalientes nombramientos para la Justicia», ha explicado en un comunicado en el que ha lamentado la muerte de Ginsgurg.

Reactions to the death of United States Supreme Court Justice Ruth Bader Ginsburg

«Una vez más, mantendremos nuestra promesa. El nominado del presidente Trump recibirá nuestro voto en el Senado de Estados Unidos», ha remachado.

Sin embargo, es posible que no haya tiempo suficiente para confirmar a un nominado antes del 3 de noviembre, fecha en la que están previstas las elecciones, dado que estas nominaciones suelen tardar entre dos y tres meses en procesarse, informa la CNN. Se necesitan 51 votos para confirmar un nuevo juez y, actualmente, hay 53 senadores republicanos.

No obstante, la muerte de la jueza da la posibilidad a los republicanos de reforzar su poder en la corte y tener una mayoría de seis jueces conservadores --frente a los otros tres de corte más liberal--.

El que resulte elegido

Pocos días antes de su muerte, Ginsburg reveló a su nieta Clara Spera que su mayor deseo era que «su sucesor no fuese elegido hasta que jurara el cargo un nuevo presidente», según informaciones de la emisora pública NPR.

En este contexto, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, ha expresado que el sustituto de Ginsburg debería ser elegido por aquel el que gane las elecciones presidenciales previstas para noviembre. «Dejadme ser claro: los votantes tienen que elegir a un presidente y ese presidente tiene que elegir a un sucesor para la jueza Ginsburg», ha argumentado en Twitter.

Por su parte, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, la demócrata Nancy Pelosi, ha asegurado que, para «honrar la carrera pionera» de Ginsburg y «salvaguardar su poderoso legado», es necesario asegurar que el próximo juez designado para el Tribunal Supremo «mantenga su compromiso con la igualdad, las oportunidades y la justicia para todos».

Postura de Trump

Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha reivindicado este sábado su «obligación» de nominar a un candidato para reemplazar a Ginsburg «sin demora» a través de un mensaje en el que utiliza el plural mayestático.

«Partido Republicano. Nos han puesto en esta posición de poder e importancia para tomar decisiones para el pueblo que tan orgullosamente nos eligió. La más imprtante de ellas ha sido desde hace mucho tiempo la selección de los jueces del Tribunal Supremo de Estados Unidos», ha apuntado. «Tenemos esta obligación. ¡Sin demora!», ha remachado.

La situación recuerda a la de 2016, cuando los republicanos se negaron a votar al candidato del saliente Barack Obama para sustituir a Anotnin Scalia en el Supremo. El candidato propueso era Merrick Garland, pero los republicanos lo rechazaron por la cercanía de las elecciones, en las que finalmente fue elegido Trump.