Los ciudadanos esperan en sus coches para hacerse las pruebas de la COVID-19 en el Dodger Stadium en Los Ángeles. | LUCY NICHOLSON

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América llora a 294.000 víctimas fatales del coronavirus, que avanza demoledor por el continente hasta el punto de tener que depositar a muchos de sus muertos en cajas de cartón o camiones frigoríficos, mientras los profesionales de la salud luchan para evitar que siete millones de casos de contagio se conviertan en decesos.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los fallecidos durante la pandemia iniciada en diciembre del año pasado ascienden este jueves a 579.000, de los cuales 294.000 corresponden a América, la región más golpeada por la enfermedad COVID-19.

Los casos, que globalmente llegaron este jueves a 13,3 millones y muestran una ralentización de los contagios diarios, siguen en cambio al alza en América, con siete millones de infectados, principalmente en Estados Unidos, que suma 3,4 millones, y Brasil, con 1,9 millones.

Estados Unidos, que reporta un incremento de los enfermos con COVID-19 en 39 de sus 50 estados, se dispone a enfrentar lo peor de la crisis sanitaria y para ello ha comenzado a movilizar camiones frigoríficos con el objetivo de usarlos como morgues temporales.

Si bien las «morgues móviles» ya fueron utilizadas en Nueva York, en donde se llegó a enterrar a casi 900 personas en la fosa común de Hart Island (El Bronx), la situación es nueva para los estados del sur y el oeste del país, que fueron los primeros en reabrir sus economías.

De este modo, ante la multiplicación del número de entierros, en Maricopa, el condado que más casos tiene en el estado de Arizona, este jueves comenzaron a usar cuatro camiones frigoríficos debido a que en la víspera la morgue estaba al 75 % de su capacidad, con 156 cadáveres, frente a los 209 que puede alojar.

En Texas, que también se prepara para un escenario dantesco, el gobernador, Greg Abbott, se niega a tomar medidas estrictas para evitar la propagación del virus.

Allí, la médico forense Adel Shaker, de la ciudad de Corpus Christi, pidió un tráiler a las autoridades federales por la saturación de las casas funerarias.

«Ahora tengo que pedir bolsas adicionales para cadáveres y más tráilers que sirvan de morgue. La gente tiene que entender que esto es real», dijo Shaker al alertar sobre la letalidad del coronavirus.

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Un drama similar se presenta en Bolivia, que con 11 millones de habitantes registra 1.942 decesos y 52.218 casos confirmados de COVID-19. Santa Cruz es la región más colapsada del país, con 756 fallecidos y 26.671 positivos confirmados.

Ante el desbordamiento de la capacidad para recibir los cuerpos y manejarlos de manera adecuada, las familias más pobres de Santa Cruz han tenido que dar el último adiós a sus seres queridos en ataúdes de cartón entregados por la Alcaldía.

Así se hizo necesario debido a que la tarifa mínima que cobran las funerarias es de unos 1.000 dólares, por lo que la administración municipal contrató a una empresa que hacía cajones para empacar fruta y que ahora fabrica «cofres ecológicos», que aguantan un máximo de 120 kilos, son sencillos, sin asas ni adornos, pero tienen la forma de un ataúd convencional de madera.

En Brasil, con 76.688 muertos y dos millones de contagiados, el número de fallecidos entre los presos subió un 288 % en los dos últimos meses al pasar de 17 a comienzos de mayo a 66 al arrancar julio, según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ). Además, los reos contagiados en el segundo país más afectado por la pandemia en el mundo son 7.220.Sin embargo, las familias de los privados de la libertad ignoran la suerte de sus allegados debido a que las visitas a las cárceles fueron prohibidas.

De hecho, de la rapidez con que la pandemia avanza en las cárceles brasileñas no se salvan ni los guardias, entre los que se contabilizan 61 muertos y 4.772 enfermos.

También preocupa la situación de Colombia, en donde la pandemia alcanzó hoy niveles nunca vistos de 8.037 contagiados y 215 muertos en un día, resultados que elevaron a 173.206 el total de infectados y a 6.029 las víctimas mortales.

Precisamente, para no llegar al caos que padecen Estados Unidos o Bolivia, las autoridades sanitarias de Panamá han salido a la calle en busca de contagiados asintomáticos en un intento por frenar la dramática situación de las últimas semanas con sus casi 1.000 muertos.

Cerca, en Costa Rica, el Gobierno espera un colapso total del sistema de salud para el 14 de agosto si la población no cumple con las medidas sanitarias de distanciamiento social y de salir solamente si es necesario.

Según el reporte, en esa fecha podría haber 100.000 personas con COVID-19, 1.828 hospitalizados y 360 en cuidados intensivos, lo que supondría una emergencia generalizada en la nación que tiene ya 9.546 casos y 42 decesos.

Mientras tanto Perú, el quinto país del mundo y el segundo de Latinoamérica con más contagiados, completó más de 2 millones de pruebas de detección del nuevo coronavirus aplicadas a su población, en su afán por frenar la pandemia que ha alcanzado a 341.586 personas y se ha cobrado la vida de otras 12.615.