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La primera ministra británica, Theresa May, manifestó este viernes que, a pesar de las quejas expresadas por España, no cambiará su postura respecto a Gibraltar en su acuerdo del «Brexit» y reconoció que se encuentra centrada en recabar el apoyo de los diputados a ese pacto en la Cámara de los Comunes.

El acuerdo técnico sobre los parámetros que regirán la retirada británica del bloque comunitario y la declaración política preliminar se someterán a la aprobación de los restantes 27 Estados miembros de la UE en la cumbre que tendrá lugar este domingo en Bruselas, un trámite que May confía en solventar, no así la posterior votación en el Parlamento británico.

En una sesión de preguntas y respuestas con ciudadanos británicos en Radio 5 Live de la cadena BBC, la «premier» reconoció que el acuerdo aún debe terminar de sellarse el domingo en la capital belga, si bien «más allá de eso» está centrada en convencer a los parlamentarios, tanto de dentro como de fuera de sus filas, para que den su apoyo al acuerdo en la posterior votación en Westminster.

A pesar de las reticencias que ha expresado el Estado español respecto a la redacción del artículo 184 del borrador del acuerdo de retirada porque, a su juicio, no brinda las suficientes garantías jurídicas de que Madrid tendrá la última palabra en cualquier futuro acuerdo sobre Gibraltar, May afirmó este viernes que no cambiará su postura.

«Nuestra posición sobre Gibraltar y su soberanía no ha cambiado ni cambiará, y se trata de respetar los deseos del pueblo de Gibraltar», contestó la líder conservadora al ser preguntada por un ciudadano sobre los actuales problemas en relación al Peñón.

Aunque el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha adelantado que, si no se introducen cambios en el citado artículo, Madrid votará en contra del acuerdo en la cumbre, este saldría adelante si no se sumarán otros seis países.

El Tratado de la Unión Europea exige una mayoría cualificada para aprobar el acuerdo de divorcio entre Londres y Bruselas, es decir, que 20 de los 27 países lo apoyen.

Con todo, la Unión Europea busca el consenso y la Comisión continúa trabajando para tratar de cerrar tanto el tratado de salida como la declaración política antes de la cumbre extraordinaria.

En este sentido, mañana a partir de las 17.00 GMT está previsto que se reúnan el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y Theresa May.

Eventualmente solventado este trámite, May debe conseguir que el Parlamento del Reino Unido apruebe el acuerdo, algo que no parece que tenga garantizado, después de que múltiples diputados, incluso de su propio Partido Conservador, hayan adelantado que votarán en contra.

Por ello, la mandataria centra ahora sus esfuerzos en convencer a los parlamentarios, tal y como afirmó hoy en la BBC, donde señaló que está centrada en «persuadirles» de que su acuerdo del «brexit» es el mejor al que se podía llegar.

Preguntada sobre cuál sería el «plan B» en el caso de que finalmente no consiga el visto bueno de la Cámara de los Comunes, May manifestó que se volvería «a la casilla de salida, con más incertidumbre y división».

«Creo que si tenemos que volver a la Unión Europea a negociar no conseguiremos nada mejor, este es el acuerdo que funciona», opinó, al tiempo que instó a los parlamentarios a «no frustrar el 'brexit'» y responder al resultado del referéndum de 2016.

«Creo que lo que debe ser prioritario en el pensamiento de los diputados son los empleos de la gente, el futuro de la población y el futuro de sus hijos», subrayó.

Con todo, preguntada por un ciudadano sobre si el Reino Unido estará mejor fuera de la Unión Europea, la primera ministra rehusó responder y manifestó que simplemente será «diferente».

Además, tampoco aclaró si presentaría su dimisión en el caso de que su pacto no sea aprobado, insistiendo en que su trabajo ahora es «sacar adelante el acuerdo».