Varios policías inspeccionan los restos del coche utilizado en el ataque bomba en Nasiriya, en Irak. | HAIDER AL-ASSADEE

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El grupo terrorista Estado Islámico (EI) volvió a golpear este jueves a los chiíes en una serie de atentados en la provincia de Diqar, en el sur de Irak, que causaron al menos 83 muertos, mientras que en el norte los yihadistas han perdido gran parte de los territorios que controlaban.

El director general de Sanidad de Diqar, Yasem al Jaldi, informó a Efe de que las víctimas mortales ascienden a 83 y los heridos a 93, en varios ataques reivindicados por los yihadistas en las redes sociales.

Una fuente de seguridad dijo que entre los fallecidos hay ciudadanos iraníes, aunque no especificó si realizaban una visita religiosa a la provincia de mayoría chií en el sur de Irak, donde hay varios lugares sagrados de peregrinación de esta rama del islam.

Según la fuente, dos coches bomba hicieron explosión, al mismo tiempo que tuvo lugar un asalto armado contra un restaurante de Fedek, situado a unos 80 kilómetros al oeste de la ciudad de Al Nasriya, a 350 kilómetros al sur de Bagdad.

La televisión iraquí Al Sumaria indicó que hombres armados vestidos con uniforme militar llegaron en dos coches al restaurante, entraron en el establecimiento y dispararon contra los clientes, entre los que había ciudadanos iraníes.

Posteriormente, se dirigieron a un puesto de control de las fuerzas de seguridad iraquíes e hicieron explotar uno de los vehículos, además de abrir fuego, añadió el canal.

El EI ofreció un detallado relato de los ataques perpetrados por sus hombres, en un comunicado en la red social Telegram en el cual aseguró que mató a un total de 200 personas.

«Con la ayuda solo de Dios, tres grupos de 'inguimasi' (terroristas que llevan cinturones explosivos, pero que luchan antes de detonarlos) se dirigieron hacia tres objetivos de los apóstatas en la ciudad de Al Nasriya y sus alrededores», explicó.

La nota, que lleva el sello de la organización central del EI, añadió que tres de los «inguimasi» atacaron un restaurante de carretera de Fedak, donde «mataron a un número de apóstatas».

Uno de ellos hizo explotar su cinturón dentro del local, mientras que un segundo grupo de terroristas atacó un puesto de control de las fuerzas iraquíes en Fedak y «se enfrentaron a los apóstatas con todo tipo de armas e hicieron explotar sus cinturones explosivos de forma consecutiva».

Según el EI, hubo un tercer ataque contra el restaurante Asia, situado en la carretera que una Al Nasriya y la ciudad de Basora (sureste del país), en el que «se enfrentaron a los apóstatas hasta que acabaron sus municiones e hicieron explotar sus cinturones con explosivos».

Aseguró que otros tres «soldados del califato» llevaron a cabo ayer una emboscada contra una patrulla de la milicia progubernamental Multitud Popular en la localidad de Al Musayib, mataron a dos efectivos y se hicieron con su vehículo, que usaron posteriormente para perpetrar un ataque en esa misma área del centro de Irak.

Las dos regiones atacadas son de mayoría chií y se ubican en el relativamente estable sur del país, donde de vez en cuando el EI golpea a esta comunidad religiosa mayoritaria en Irak.

El grupo radical suní, que suele tener entre sus objetivos a civiles chiíes o a integrantes de Multitud Popular, ha perdido en los últimos meses gran parte de sus dominios en el norte de Irak, en parte a manos de las milicias que apoyan a las fuerzas regulares de Bagdad en la lucha contra los yihadistas.

En un comunicado, Multitud Popular informó de que abatió hoy a doce terroristas suicidas del EI en la zona de Abu Razen, en Al Qairauan, al oeste de la ciudad septentrional de Mosul, que fue hasta julio pasado el principal bastión de los yihadistas en Irak desde que la conquistaron en 2014.

A pesar de haber perdido territorio, los radicales todavía tienen capacidad de actuar y perpetrar ataques en varios puntos de Irak, donde aún conservan el control de algunas zonas en el norte y el oeste.