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Amnistía Internacional (AI) exigió este jueves la suspensión de las exploraciones anales para determinar la homosexualidad, práctica «aberrante» y contraria a los derechos humanos que ha quedado avalada por la justicia keniana.

Los exámenes a «sospechosos» de ser homosexuales «violan la prohibición de tortura y otras clases de malos tratos» establecida por el derecho internacional, critica en un comunicado el director para África oriental de esta organización, Muthoni Wanyeki.

Un fallo del Tribunal Superior de la ciudad keniana de Mombasa, que desestimó este jueves una demanda de inconstitucionalidad contra esta práctica presentada por dos hombres, es «inaceptable», añade.

«Es una prueba absurda que viola el derecho a la privacidad, porque no es asunto del Gobierno aprobar o desaprobar las relaciones consensuadas», subraya Wanyeki, quien recuerda que estos exámenes contradicen numerosos acuerdos ratificados por Kenia, como el Pacto Internacional por los Derechos Civiles.

Durante estas pruebas, personal médico inserta sus dedos en el ano del acusado o pide a los hombres que se desnuden y se inclinen o tumben en sillones con estribos para examinar visualmente su región anal.

Las autoridades kenianas y de otros países donde se realizan estas prácticas aseguran que, mediante este procedimiento, pueden determinar el tono muscular, el esfínter o la anchura del ano para saber si han mantenido relaciones homosexuales.

El Tribunal Superior de Mombasa (este de Kenia) desestimó una demanda de inconstitucionalidad contra la práctica de reconocimientos médicos anales para determinar si una persona es homosexual, tipificada como delito en este país.

La demanda fue presentada por dos hombres a quienes se les practicaron esas pruebas tras ser denunciados por la Policía y que decidieron emprender una acción judicial para que fueran declaradas ilegales.

Los dos demandantes kenianos alegaron que, además de estos exámenes, también les hicieron las pruebas del VIH y la hepatitis tras su detención en febrero de 2015, acusados de haber realizado actos homosexuales.

En Kenia, los «delitos» homosexuales se castigan con hasta catorce años de prisión.