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Un supuesto grupo islamista tomó este viernes a 170 rehenes en el hotel de lujo Radisson Blu de Bamako y, tras varias horas de confusión, fuerzas especiales del Ejército de Mali, apoyadas por soldados franceses y estadounidenses, han liberado a al menos 80 personas.

Hay hasta el momento 20 muertos, cuya nacionalidad se desconoce, y varios heridos, algunos de ellos ensangrentados y que parecían en estado grave mientras eran evacuados del hotel entre disparos cruzados.

Se trata de una información todavía preliminar ya que el registro del hotel aún no se ha completado. Un responsable maliense ha informado de que ya no hay rehenes en el interior del hotel, donde según la cadena hotelera Rezidor había 140 huéspedes y 30 trabajadores.

Un policía que fue testigo de los hechos declaró que los asaltantes entraron en el hotel gritando Alahu Akbar (Dios es grande), lo que inmediatamente hizo pensar en la pista yihadista, aunque hasta el momento ningún grupo ha reivindicado el ataque.

Un observador, que pidió el anonimato, vinculó el suceso de con las amenazas proferidas la semana pasada por el líder del grupo radical Ansar Eddín, Iyad Ag Ghali, quien rechazó el acuerdo de paz de Mali y llamó a sus seguidores a «continuar la yihad contra las fuerzas extranjeras», concretamente las francesas.

En apenas media hora, los efectivos de seguridad han evacuado una decena de rehenes, cinco de ellos heridos graves y entre los que hay varios ciudadanos occidentales.

Fuentes de seguridad dijeron que los asaltantes siguen disparando contra las personas dentro del hotel con armas con silenciadores.

Las fuerzas malienses han recibido el apoyo de la Gendarmería francesa, que envió desde París un grupo de 40 agentes de las fuerzas especiales de intervención, y también de militares estadounidenses desplegados en el país.

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Estas fuerzas están rastreando uno por uno todos los pisos del hotel Radisson Blu, uno de los más lujosos de la capital y que es frecuentado por la numerosa colonia extranjera residente o de paso por Bamako.

Entre los rehenes que fueron liberados se encuentran ciudadanos chinos, paquistaníes, indios y franceses, entre otras nacionalidades que han sido confirmadas por las distintas fuentes consultadas.

El ataque es casi una repetición del perpetrado el pasado 7 de agosto contra el Hotel Byblos de Mopti, al norte de Mali, también entonces ocupado por numerosos extranjeros, y que se saldó con trece muertos.

Un grupo yihadista local, el Frente de Liberación de Macina, dirigido por un conocido salafista llamado Amadou Kouffa, reivindicó ese suceso.

Este es el tercer ataque que se produce este año en Mali contra establecimientos frecuentados por occidentales.

En marzo pasado, el restaurante de Bamako La Terrace fue asaltado por un grupo de hombres encapuchados que lanzaron granadas y dispararon indiscriminadamente contra los presentes, matando a cinco personas, dos de ellos europeos.

Esa acción armada fue reivindicado por el grupo yihadista Al Mourabitun, uno de los más activos en la región del Sahel.

El presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, tuvo que interrumplir un viaje a Yamena para regresar de urgencia a Bamako y, antes de salir, declaró que la situación era «preocupante, pero no desesperada».