Una marcha convocada por grupos de izquierdas y gremios profesionales a favor de la paz en Turquía terminó hoy en Ankara en el peor atentado terroristas de la historia moderna del país eurasiático, con al menos 128 muertos y 186 heridos.
Todo indica que dos suicidas detonaron dos bombas en medio de la muchedumbre, que se había reunido cerca de la estación central de trenes de la capital turca.
El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, consideró hoy que «hay muy nítidas indicaciones» en ese sentido, aunque no quiso atribuir la responsabilidad del suceso a una organización.
Las bombas explotaron a las 10.04 hora local (07.04 GMT) y debido el elevado número de heridos graves -28 en total- es probable que el balance final del atentado sea peor todavía.
Según pudo constatar Efe, que estaba muy cerca de donde se produjeron las explosiones, miles de personas se estaban congregando ante la estación de trenes de la capital turca, el lugar habitual para iniciar manifestaciones en esta ciudad.
En medio de cánticos, bailes y bromas en una soleada mañana de sábado dos potentes explosiones sucesivas desataron el pánico entre los congregados, incluidos numerosos periodistas.
Las detonaciones fueron tan fuertes que hicieron estallar las gruesas ventanas del edificio ferroviario y, en segundos, cientos de personas, entre ellos este corresponsal, quedaban salpicadas por una lluvia de restos de cuerpos humanos.
«Es la peor tragedia terrorista en la historia de Turquía. Después de la explosión estuve cerca del lugar. Nunca en la vida vi una cosa igual. Había brazos, piernas y intestinos por todas partes. La gente acudió por la paz pero vieron la muerte», dijo a Efe Faruk Bildirici, defensor del lector del diario Hürriyet.
Otros lo vivieron más de cerca aún. «Tengo hasta el paquete de tabaco en el bolsillo empapado de sangre», describió a Efe una joven psicóloga que se hallaba en la manifestación.
«Mis amigos de la universidad han muerto. Un amigo mío médico de 30 años ha muerto; anoche aún salimos juntos. Ahora ya no está. Estoy en el hospital esperando turno para donar sangre», explicó por teléfono.
De las dos bombas, una fue detonada en medio de un grupo de ciudadanos sin identificación política, y la otra, cerca de un punto donde ondeaban banderas y pancartas del HDP, el partido de la izquierda kurda, y de varias agrupaciones marxistas.
Nadie ha reivindicado hasta ahora la autoría del atentado, el más sangriento en la historia de Turquía.
El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, condenó el atentado, como un «abominable ataque contra la unidad y convivencia», pero agregó que «no se distingue en nada de los actos de terror contra ciudadanos inocentes, funcionarios, policías y soldados», en referencia a las acciones del ilegal Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda.
De igual manera, Davutoglu habló de un «ataque contra toda la nación» y proclamó tres días de luto oficial, dedicados tanto a las víctimas de hoy como a los uniformados fallecidos en ataques del PKK.
El copresidente del HDP Slahattin Demirtas, en cambio, acusó directamente al Gobierno de estar detrás del atentado.
«Esto no es un ataque contra el Estado, contra la nación, sino del Estado contra el pueblo», aseguró el líder kurdo.
Subrayó la similitud del atentado con la bomba colocada en un mitin de ese partido en Diyarbakir, dos días antes de las elecciones del 7 de junio, y con la masacre de Suruç el 20 de julio.
En aquel atentado, un joven yihadista turco probablemente entrenado por el Estado Islámico (EI), mató a 34 personas cuando en una acción suicida en una asamblea de activistas de la izquierda prokurda.
Después de este atentado, el PKK rompió el alto el fuego unilateral que mantenía desde hacía más de dos años.
Pero hoy, la guerrilla anunció que renunciará a todo movimiento, salvo en defensa propia, hasta la fecha de las elecciones en Turquía, el próximo 1 de noviembre, para no obstaculizar unas elecciones justas y equitativas que deban servir, pidió, a la democratización de el país.
El atentado ha abierto aún más el abismo entre el AKP, el partido islamista en el poder desde 2002, y grandes sectores de la izquierda que consideran al Gobierno, y especialmente a Erdogan, responsable de haber arrastrado a Turquía a una espiral de violencia para ganar votos nacionalistas.
«Nos van a matar. El Estado nos va a matar uno por uno», se quejó la psicóloga desde el hospital, sin dudar de que el atentado se había preparado en connivencia con las autoridades.
Pero hay quien se muestra decidido, como Yüksel Eken, un contable jubilado, que estuvo muy cerca de la explosión hoy.
«Fui a la marcha para la paz. Los que hicieron explotar estas bombas deben saber que lo peor que he visto en mi vida no me detendrá de marchar a favor de la paz», dijo.
9 comentarios
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Enterarme de esto me hizo pensar que la civilización está en quiebra.
Dep y mi pregunta es siempre mueren inocentes porque?¡¡
Cabezas de horrmigón ambos lados. Así termina el gobierno de Erdogan y la libertad de los kurdos a la vez. Que se arme Grecia para o contra la acogida de refugiados.
Por qué no preguntan a los que se manifiestan contra el Día de la Hispanidad su opinión sobre el terrorismo del PKK?? Igual sus respuestas sorprenden...o quizás ya no tanto!!
Marga és ben senzill, encara no s'han vist manifestacions a Europa contra aquests desastres, ara quan la OTAN o sigui, els USA decideixin envestir segur que s'omplirà de manifestants contra la intervenció dient no sang per petroli i demés semblants... Les nostres contradiccions ens han duit a això, a no intervenir.
Y aún hay españoles que los defienden. A esos que cogen intentando reclutar a jóvenes para que vayan a luchar, yo les aplicaría la misma ley que ellos aplican, y ya sabéis cual es.
ja es ben hora que deixem de mirarnos el nostre melic,avui un altre atentat a turquia,no fa ni una setmana l'atemtat a afganistan,morts i mes morts ,per no anomenar la terrible situacio del poble de siria ,que podriem fer la societat civil ?no ho se, pero que no podem estar aturats devant aquesta,devastacio i no podem dir com fa 70 anys amb la desaparecio de sis millions de persones que no ho sabiem,vergonya per tots noltros,ara que ho sabem tampoc feim res.
Les mentides habituals dels diaris versèn sobre justícia,psiquiatria,democràcia,acull de refugiats...etc.
Tots aquests que demanen pau,són els que han espenyat el món i estès la guerra.