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La ONU calculó este viernes en 200.000 las plazas que se requieren en Europa como parte de un programa masivo de reubicación de refugiados, 50.000 más de las que la Comisión Europea (CE) pedirá a los Estados miembros que se repartan y de las que ya se han prometido.

La Comisión Europea ofreció en junio 32.000 plazas para los refugiados, pero el sistema de distribución entre los países del bloque quedó pendiente y ahora se dispone a pedir a los socios comunitarios que se repartan 120.000 plazas adicionales.

Esas cifras juntas cubren, en el mejor de los casos, el 75 por ciento del requerimiento mínimo estimado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), frente a un movimiento migratorio que tiende a acelerarse.

ACNUR reveló que 5.600 personas cruzaron este jueves la frontera de Grecia hacia Macedonia y que hasta un millar de ellas eran menores que viajaban solos, lo que representa un récord para un solo día.

Otra señal de que la presión aumenta la dio la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), al indicar que 5.000 inmigrantes y refugiados han desembarcado únicamente en las islas griegas en la última semana.

El pico de llegadas por el Mediterráneo, especialmente a Grecia (245.000 en lo que va de año), se explica en parte por el cambio de ruta por el que han optado los refugiados que huyen de la guerra en Siria y que en su gran mayoría zarpan ahora de Turquía hacia alguna de las cercanas islas griegas.

La ruta que conduce de Libia a Italia, por el Mediterráneo, era la más utilizada hasta hace pocos meses.

Los refugiados sirios representan hasta el 80 por ciento de las personas que desembarcan en Grecia y de ellos la mitad últimamente son mujeres y niños.

«Hace algunos meses solo veíamos hombres jóvenes cruzando, ahora observamos que aumentan las mujeres y niños. Parece que los hombres han abierto la puerta y ahora les piden a sus familias que se reúnan con ellos», explicó el representante del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Macedonia, Bertrand Desmoulin.

Las agencias humanitarias interpretan que el flujo de refugiados sirios hacia Europa ha alcanzado estos niveles récord porque se ha agotado su capacidad de resistencia y de adaptación a las consecuencias de la guerra.

Dentro de Siria, «mucha gente esperó a que todo colapsara antes de huir, llegó a los campamentos de refugiados (localizados en los países vecinos) creyendo que era una solución temporal, pero el tiempo pasa y nadie ve el final de la guerra», señaló la portavoz de ACNUR, Melisa Flemming.

Se sabe, además, que las condiciones de vida de los sirios en Turquía se han deteriorado mucho en el último año y que, tras haber recibido a dos millones de ellos, su capacidad ha quedado totalmente rebasada.

Para afrontar la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial, el máximo responsable de ACNUR, Antonio Guterres, insistió en que se debe poner a funcionar un mecanismo de registro y asistencia eficiente en los tres principales países de entrada a la Unión Europea (Grecia, Italia y Hungría).

La Unión Europea debe contribuir a ello con medios financieros y humanos, agregó, tras precisar que en los centros de registro se identificaría a quienes realmente necesitan protección internacional.

El segundo paso consistiría en un programa masivo de reubicación de refugiados «en el que todos los países europeos deben participar», como reclaman Alemania y Francia, que pedirán a la Comisión Europea el establecimiento de cuotas fijas y obligatorias para los 28 países de la UE.

Guterres consideró que en las circunstancias actuales «sería muy difícil para los líderes políticos rechazar un programa de reubicación que es evidentemente necesario», ya que «la única alternativa es el caos y el sufrimiento».

«Ello generaría una situación absolutamente imposible de manejar», alertó.

Una tercera medida en favor de una solución al caos actual sería que los países muestren flexibilidad y ofrezcan más alternativas legales para que los refugiados lleguen a Europa, como los visados humanitarios o la aplicación del principio de reunificación familiar.