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Las delegaciones de Corea del Norte y Corea del Sur han logrado un acuerdo para rebajar la tensión en la zona fronteriza, según informa la agencia de noticias oficial surcoreana, Yonhap.

Ambas partes iniciaron el sábado contactos de alto nivel que finalmente han fructificado en un documento en el que Corea del Norte expresará que «lamenta» lo ocurrido por las minas terrestres colocadas y Corea del Sur se compromete a poner fin a las emisiones propagandísticas con altavoces.

La reunión ha concluido el martes a las 0.55 horas (17.55 hora peninsular española) tras varios días de contactos «intensivos» en la localidad fronteriza de Panmunjom, según Yonhap.

Tras anunciar oficialmente el acuerdo el jefe de la Oficina de Seguridad Nacional surcoreana, Kim Kwan Jin, ha destacado que es «muy significativo» que Pyongyang haya pedido lamentado el incidente de la mina. Con este acuerdo, ambas partes se comprometen a tomar medidas para que no se produzcan este tipo de incidentes por «provocaciones». Corea del Norte anuncia además que pondrá fin al estado de «quasibélico» de alerta en sus Fuerzas Armadas.

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A cambio del pronunciamiento de Pyongyang, Seúl ha accedido a interrumpir la emisión de propaganda con los altavoces apostados en la frontera a partir del mediodía del martes «a menos que ocurra una situación anormal».

Además, ambas partes anuncian su intención de facilitar a Cruz Roja las reuniones entre familias separadas por la frontera y de mantener contactos periódicos en Seúl o Pyongyang para mejorar las relaciones en lo que Kim ha calificado de «marco básico para el desarrollo de las relaciones intercoreanas». Las reuniones comenzarán previsiblemente en torno a la festividad de Chuseok, celebrada a ambos lados de la frontera cada 27 de septiembre.

Los ejércitos del norte y del sur estaban en alerta desde un breve intercambio de fuego de artillería en la frontera que se produjo el pasado jueves.

Pyongyang exigía el fin de las emisiones de propaganda desde el sur a través de altavoces iniciadas después de que dos militares surcoreanos resultaran heridos por la explosión de una mina. Las emisiones propagandísticas con altavoces llevaban once años suspendidas.