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Rusia estaba dispuesta a poner en alerta su arsenal nuclear y afrontar cualquier situación en el desarrollo de los acontecimientos tras tomar la decisión de integrar Crimea en la Federación Rusa, ha señalado el líder del Kremlin, Vladímir Putin.

«Estábamos listos para hacerlo. Hablé con los colegas (occidentales) y les dije que es nuestro territorio histórico y que allí vive gente nuestra que corre peligro y que debe ser rescatada», dice Putin en un documental sobre la reunificación de Crimea con Rusia emitido hoy por la televisión estatal rusa Rossia.

El líder del Kremlin explica que Rusia no podía saber cómo reaccionaría Occidente a la situación de la península, por lo que tuvo que ordenar a las Fuerzas Armadas el comportamiento que debía tener Rusia «ante cualquier desarrollo de los acontecimientos».

Tras acusar a Washington de estar detrás de la revuelta en las calles de Kiev y el derrocamiento del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich, el gobernante ruso recordó que, mientras EEUU está a miles de kilómetros, «nosotros estamos aquí y ésta es nuestra tierra».

«¿Sabéis por qué vais a luchar? ¿No lo sabéis? Pues nosotros sí, y estamos listos para hacerlo. No creo que hubiera alguien que quisiera empezar un conflicto mundial por todo esto, (...) pero nos obligaron a actuar así», dijo Putin.

El presidente ruso admite que ordenó la anexión de Crimea horas después de que el Parlamento ucraniano depusiera de su cargo a Yanukóvich, una semana antes de que las autoridades regionales de la península se rebelaran contra Kiev y convocaran el referéndum independentista.

Asegura que tomó la decisión durante la operación de las fuerzas especiales rusas para sacar a Yanukóvich de Donetsk, su ciudad natal adonde huyó de Kiev en la madrugada del 22 de febrero.

«Estábamos preparados para sacarlo del mismo Donetsk, por tierra, mar y aire. En la noche del 22 al 23 de febrero, cuando acabamos cerca de las 7 de la mañana, dije a los colegas que debemos empezar a trabajar en recuperar Crimea para Rusia», reconoce Putin.

El líder ruso también acusa a Estados de Unidos de «tirar de los hilos» durante las protestas populares en Kiev y el posterior vuelco de poder que el Kremlin califica de golpe de Estado.

«El truco era que formalmente la oposición (ucraniana) era apoyada por los europeos, pero sabíamos que quién tiraba realmente de los hilos eran nuestros amigos estadounidenses», dice el líder del Kremlin en el documental.

Acusa a Washington de «ayudar en el adiestramiento de los nacionalistas, formados en unidades de combate en el oeste de Ucrania, en Polonia y en parte en Lituania. ¿Qué hicieron nuestros socios? Ayudar a la perpetración de un golpe de Estado».

«No creo que sea la mejor manera de actuar en la arena internacional en general y en los Estados del espacio postsoviético en particular. Son Estados no consolidados y frágiles, que tienes que ser tratados con delicadeza», dice Putin.

Hace mañana justo un año, el 16 de marzo de 2014, Crimea celebró un referéndum no reconocido por Kiev ni por la comunidad internacional en el que casi un 97 % de los votantes dijo sí a la reunificación con Rusia.

Sólo dos días después, el 18 de marzo, Rusia consumó la anexión de territorio ucraniano en un solemne acto en el Kremlin, en el que Putin y los líderes de la península firmaron el tratado bilateral por el que la república de Crimea y la ciudad de Sebastopol se convirtieron en dos nuevos miembros de la Federación Rusa.