Decenas de miles de personas han participado en la manifestación. | Reuters

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Decenas de miles de franceses tomaron este domingo las calles de París y Lyon en sendas manifestaciones para defender el modelo de familia tradicional, en una protesta heredera del movimiento que el año pasado se opuso en multitudinarias marchas a la legalización del matrimonio homosexual en Francia.

En París los organizadores contaron más de 500.000 personas, y otras 40.000 en Lyon (este), frente a los 80.000 y 40.000 manifestantes, respectivamente, de los cálculos de la policía.

Las protestas habían convocado también réplicas en Madrid, Bruselas, Roma, Luxemburgo, Bucarest o Varsovia contra la que llaman «familiofobia».

Normalizadas en Francia las uniones entre parejas del mismo sexo desde hace casi nueve meses, sus detractores cargaron hoy contra la enseñanza de una asignatura experimental sobre las desigualdades de género que se imparte desde este curso en 600 colegios de Francia.

Atendiendo al llamamiento del colectivo «Manif pour tous» ("Manifestación para todos», por oposición a las «bodas para todos"), arremetieron, además, contra la eventual legalización en Francia de las madres portadoras y contra el recurso de las lesbianas a la gestación artificial, aunque ninguno de esos puntos estén en el orden del día del proyecto de ley de familia que ultima el Ejecutivo socialista.

Entre banderas azules y rosas y con eslóganes como «Familia: educación, solidaridad, dignidad» o «Por la familia y el niño, no nos daremos por vencidos», la protesta se desarrolló sin incidentes por el centro de la capital, desde Ecole Militaire hasta Montparnasse.

Los organizadores intentaron desmarcarse de la protesta llamada el «día de la cólera», que se celebró el pasado domingo en París contra el presidente de Francia, François Hollande, y su Gobierno, y que se saldó con unos 220 detenidos y 20 policías heridos.

El ministro del Interior, Manuel Valls, había anunciado que no toleraría «ningún desbordamiento» en la protesta y que las fuerzas del orden estarían atentas a la posible incursión de «grupúsculos» de extrema derecha, protagonistas el año pasado de actos violentos al término de las grandes manifestaciones contra el matrimonio homosexual.

Las fuertes medidas de seguridad, con un efectivo de entre 2.000 y 3.000 agentes de policía, se dejaron notar desde el inicio de la marcha, por ejemplo, con la detención de doce militantes del movimiento estudiantil de ultraderecha Grupo Unión Defensa (GUD), que se dirigían a la manifestación.

La marea azul y rosa, en la que participaron muchas familias al completo y que se celebró antes de las elecciones municipales de finales del próximo mes de marzo y de los comicios al Parlamento Europeo (PE) de mayo, se encontraba Christine Boutin, la fundadora del Partido Cristiano Demócrata y exministra de Nicolas Sarkozy.

La política conservadora, que concurre a las elecciones europeas con las siglas Force Vive, acudió a la protesta «contra la desestructuración de la sociedad» francesa, pero también porque está «harta, del Gobierno, del paro y de las mentiras» del Ejecutivo, explicó.

A título personal, participaron también diputados del mayor partido de la oposición, la UMP, que apoyó la ola de contestación contra el matrimonio homosexual pero se ha desmarcado, como formación, de esta protesta. Entre estos destacó Herni Guiano, otrora redactor de los discursos de Sarkozy.

También se dejó ver en la cita parisina Marion Maréchal-Le Pen, la diputada más joven de la Asamblea Nacional y nieta del fundador del ultraderechista Frente Nacional (FN), partido que no concurre como formación porque también presenta divisiones internas.

Por su parte, el Partido Socialista (PS) denunció a través de un comunicado firmado por su secretario general, Harlem Désir, las «manipulaciones y mentiras sobre las que una franja reaccionaria intenta cimentar la oposición a la política del Gobierno».

Según el PS, los manifestantes protestan contra una ley promulgada hace más de medio año y contra «rumores sin ningún fundamento», como la legalización de la gestación subrogada o de las madres de alquiler.