Cordón policial para frenar el rechazo de los judíos contra las llamadas Mujeres del Muro. | Abir Sultan

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La policía israelí contuvo ayer a miles de judíos ultraconservadores que trataron de expulsar a mujeres liberales que intentaban orar frente al Muro de los Lamentos, un lugar sagrado para el judaísmo, lo que supone un cambio en la gestión de las autoridades de un prolongado cisma religioso.

Los manifestantes ultraortodoxos vestidos con la tradicional vestimenta oscura lanzaron sillas y agua a las mujeres y después apedrearon sus autobuses. Dos policías resultaron heridos.

Previamente la policía detenía a miembros de Mujeres del Muro, un grupo que desafía el monopolio ortodoxo sobre los ritos en el Muro de los Lamentos de Jerusalén, por llevar talit, un chal de oración, violando la tradición ortodoxa judía.

Esta vez la policía detuvo a cinco manifestantes religiosos.

La respuesta policial se produce tras una sentencia judicial el mes pasado que determinó que el grupo no violaba la ley.

Estilo de vida

El asunto está en el centro de una antigua pelea entre la mayoría laica y la minoría ultraortodoxa por el estilo de vida en un país donde instituciones como el matrimonio, divorcio y entierros están controlados por las autoridades religiosas.

Decenas de policías fronterizos formaron un cordón para contener a los manifestantes en el lugar -venerado como parte del complejo de un templo judío bíblico- para evitar que atacaran a las aproximadamente 100 mujeres y algunos hombres mientras éstos rezaban.

«Están desacralizando el lugar de nuestro templo sagrado», gritó una de las cientos de mujeres ortodoxas que también acudieron a protestar contra las Mujeres del Muro.

Yocheved Malachi calificó de chocante que las mujeres puedan llevar talits u otros atuendos religiosos, que la tradición ortodoxa reserva sólo para los hombres.

Las oraciones del viernes fueron las primeras en semanas en las que la policía evitó un enfrentamiento con las Mujeres del Muro, cuyos miembros han sido detenidos en el pasado y acusados de alteración por violar las tradiciones ortodoxas en un lugar sagrado.