Soldados israelíes participaron ayer en unas maniobras junto a la frontera siria en los Altos del Golán. | ATEF SAFADI

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El presidente de EEUU, Barack Obama, está cada vez más presionado para decidir la intervención militar contra el régimen sirio de Bashar al Asad. Algunos medios de comunicación estadounidenses generalmente bien informados aseguran que Obama estaría decidido a intervenir en el conflicto si se confirma que el régimen de Siria ha utilizado armas químicas.

En este sentido, el Departamento de Estado y la Casa Blanca indicaron ayer que creen que es «altamente» probable que el régimen de Al Asad esté detrás de los ataques con armas químicas en Siria, en respuesta a las dudas de Naciones Unidas. Éste parece ser el posicionamiento que tiene ya decidido el núcleo duro que asesora al presidente.

«Cualquier uso de armas químicas en Siria habría sido con alta probabilidad originado en el régimen de Asad», indicó en rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell.

El portavoz también aseguró que consideran que las armas químicas almacenadas por el régimen de Asad «están seguras» y por lo tanto no habrían caído en manos de fuerzas rebeldes en el conflicto sirio.

Certeza

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, indicó que las evidencias indican que con «certeza» su utilizaron armas químicas en Siria, aunque Estados Unidos es «altamente escéptico» de que hayan sido fuerzas rebeldes.

Carney reiteró que se debe seguir investigando para conocer los detalles sobre el uso de armas químicas, fijado por el presidente Barack Obama como una «línea roja» que podría desencadenar la intervención extranjera en el conflicto.

Por su parte, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, el demócrata Robert Menéndez, ha presentado un proyecto de ley para que Estados Unidos entregue armas a algunos de los grupos rebeldes que combaten en Siria contra el régimen que preside Asad.

Menéndez ha sido uno de los senadores que ha presionado a la Casa Blanca para que entregue armamento a algunos de los grupos de combatientes que intentan derrocar a las fuerzas gubernamentales sirias, incluso antes de que aparecieran informaciones sobre el presunto uso de armas químicas en el conflicto.