En su primer discurso como jefe del Estado, Xi Jinping ha antepuesto ante la Asamblea Nacional Popular la unidad del país para afrontar los retos más apremiantes y alcanzar el «gran renacimiento de la nación china».
Xi Jinping deberá consagrar la nueva senda que, durante casi una década ha propulsado el Partido Comunista chino. El nuevo presidente ha hecho hincapié en que el desarrollo económico será la principal prioridad para el partido. No obstante, Xi ha enfatizado que el aumento de la igualdad social y la lucha contra la corrupción también serán dos asuntos preeminentes en la agenda del Gobierno chino.
En el plano internacional, Xi ha centrado su discurso en el papel del Ejército, a quien ha reclamado que intente «ganar las batallas» que han de disputar a día de hoy y que «proteja firmemente la seguridad y la soberanía nacional». En la actualidad, China mantiene fuertes tensiones con Japón por el dominio del archipiélago de Diaoyu/Senkaku, situadas en el mar Oriental.
Contaminación
El nuevo primer ministro, Li Keqiang, se ha comprometido a que su Gobierno tendrá «una determinación aún mayor» para afrontar el problema de la contaminación, uno de los que está provocando un mayor descontento entre la población.
«Este Gobierno mostrara una determinación aún mayor para resolver y tomar más medidas contundentes para limpiar esta contaminación», ha afirmado Li en su primera rueda de prensa tras tomar posesión del cargo.
Este mismo mes el caso de los más de 12.000 cadáveres de cerdos hallados en un río que abastece de agua a la ciudad de Shanghai ha provocado una agria polémica al respecto. Mientras, la calidad del aire en Pekín está considerada «muy insana» y «peligrosa» desde principios año, según las mediciones de la Embajada estadounidense en la capital china.
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