Miles de personas se manifestaron ayer en la ciudad turca de Estambul en contra de la guerra. g Foto: OSMAN ORSAL/REUTERS | OSMAN ORSAL

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El Gobierno de Turquía ha reaccionado con contundencia ante la muerte, el miércoles, de cinco personas por un obús disparado desde suelo sirio y ha logrado del Parlamento el permiso para enviar tropas a Siria si persisten las agresiones, viene a ser darle permiso para declarar la guerra.

Pese a la tensión que se respira en el país eurasiático, que comparte 900 kilómetros de frontera con Siria y que acoge ya a 90.000 refugiados de la guerra civil en este país, el Gobierno de Ankara se ha apresurado a aclarar que esta autorización no supone, en ningún caso, una declaración de guerra.

No a la guerra

Turquía no tiene intención de entrar en guerra con Siria, aseguró anoche el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, quien rechazó que sean accidentes la caída de obuses sirios en suelo turco. «No tenemos intención de hacer la guerra», dijo Erdogan en una rueda de prensa, durante la que advirtió también sobre la determinación del país de defender sus fronteras.

«La República Turca es un Estado capaz de defender a sus ciudadanos y sus fronteras», advirtió el primer ministro. «Nadie debería probar nuestra determinación a este respecto», resaltó acto seguido.

La moción gubernamental aprobada por el Parlamento da permiso para enviar tropas «cuándo y cómo se considere conveniente y con los medios que se estimen oportunos», siempre en el plazo de un año a contar desde ayer.

Este permiso se justifica en lo que se consideran «acciones agresivas, dirigidas también contra territorio» turco, fruto de las «operaciones militares de las Fuerzas Armadas de Siria desde el 20 de septiembre».

En los últimos diez días de septiembre han tenido lugar densos combates entre las tropas regulares de Damasco y grupos armados rebeldes alrededor de Tel Abyad, un puesto fronterizo cerca del pueblo turco de Akçakale, donde cayó el obús el miércoles.

En la explosión, la tercera ese día, murió una madre y sus cuatro hijos y otras 13 personas resultaron heridas. Tras el incidente, el Ejército turco efectuó un bombardeo de represalia en la zona desde donde fue disparado el proyectil, una acción de castigo que volvió a repetirse ayer a las 05.45 horas.