El nuevo primer ministro griego, Antonis Samarás (c), junto a los miembros de su nuevo Ejecutivo tras la jura de cargos en el palacio presidencial. | PANTELIS SAITAS

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El nuevo Gobierno de coalición griego se constituyó ayer con la promesa de devolver al país a la senda del desarrollo, reducir el déficit y renegociar con la Unión Europea las duras medidas de austeridad que han profundizado la recesión. El Ejecutivo tras la reunión en la que se pactó el programa de Gobierno anunció que pedirá una prórroga de dos años para pagar la deuda.

El pacto que ha permitido formar Gobierno, tras semanas de incertidumbre y dos elecciones generales, implica una coalición entre los conservadores de Nueva Democracia (ND), los más votados el pasado domingo; los socialdemócratas del Pasok y el pequeño partido centroizquierdista Izquierda Democrática (Dimar).

Trece ministros

Trece ministros conservadores, de ellos cinco independientes y entre ellos sólo una mujer (la titular de Turismo, Olga Kefaloyanni), es la radiografía del nuevo Ejecutivo griego. Ni el Pasok ni Dimar han querido entrar en el Ejecutivo, dejando que sean los conservadores quienes asuman todo el desgaste en la gestión de la crisis.

Finanzas (Economía), el Ministerio más importante, tanto dentro como fuera del país, ha recaído significativamente en Vassilios Rápanos, quien hasta ahora presidía el mayor banco de Grecia y la patronal bancaria. Este nombramiento ya ha despertado las iras de la oposición de izquierda, puesto que la institución que dirigía Rápanos ha tenido que ser rescatada con una elevada suma de dinero público.

«Es un Gobierno de derechas apoyado en las fuerzas responsables de defender y aplicar las medidas más extremas e impopulares de las últimas décadas», denunció la coalición de izquierdas Syriza, principal fuerza de la oposición. «La elección de un banquero para el puesto de ministro de Finanzas es especialmente indicativa de las alianzas construidas por el nuevo Gobierno», criticó este partido.