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Irlanda ratificó en referéndum el pacto de estabilidad presupuestaria de la Unión Europea (UE) por una cómoda mayoría del 60,3 % de los votos, confirmó ayer la Comisión del plebiscito. Según los datos oficiales dados a conocer ayer, los votos negativos alcanzaron el 39,7 % en la consulta celebrada ayer, mientras que la participación se situó en torno al 50,6 %, casi nueve puntos menos que en el referéndum de 2009, cuando se ratificó el tratado de Lisboa.

La mayoría del electorado irlandés ha decidido apoyar al Gobierno en tiempos de grave crisis económica y aceptar la mayor austeridad que plantea el nuevo pacto europeo.

El texto comunitario fue solo rechazado en cinco de las 43 circunscripciones irlandesas, dos en el remoto condado noroccidental de Donegal, muy castigado por la crisis, y en tres distritos de Dublín con una fuerte presencia de clase trabajadora.

Satisfacción

«Estamos encantados con los resultados, que suponen un paso más hacia la recuperación», celebró el ministro de Justicia, Alan Shatter, en nombre del Gobierno de coalición entre conservadores y laboristas.

Su colega laborista Pat Rabitte, titular de Educación, recordó que «aún queda mucho por hacer» y que el Gobierno no puede «dormirse en los laureles» tras esta victoria.

Ahora, dijo, el Ejecutivo debe «usar el mandato de las urnas» para abordar con Europa cuestiones clave para la economía nacional, como son los planes de crecimiento y la «reestructuración de la deuda irlandesa».

El presidente del Sinn Fein, Gerry Adams, que junto a la Alianza de la Izquierda Unida, lideró la campaña del «no», lamentó que el electorado haya acudido «con miedo» a las urnas para aceptar un tratado que impondrá más austeridad en el país.