El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, comparece ante el Parlamento Europeo . | PATRICK SEEGER

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, advirtió ayer del agravamiento de la crisis de la deuda en la eurozona y calificó la situación de «muy grave», pero quiso restar importancia a las evaluaciones de las agencias de calificación de riesgo. En su primera intervención ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo como presidente del Consejo Europeo de Riesgo Sistémico (CERS), Draghi se mostró pesimista con el momento económico que vive la eurozona en este instante.

Aseguró que la crisis fue calificada en octubre por su predecesor, Jean-Claude Trichet, de sistémica, pero desde entonces se ha agravado. «La situación ha empeorado más. Estamos en una situación muy grave y no debemos eludir este hecho», afirmó Draghi, quien instó a la eurozona a actuar con rapidez y con una buena coordinación.

Contrarrestar

Con el fin de contrarrestar esta evolución, los políticos han reaccionado y los bancos centrales han intervenido decididamente, al relajar las condiciones monetarias y, en particular, ampliar las posibles garantías y el periodo de las operaciones de liquidez. Mientras, agregó, los jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona han acordado firmar un tratado para un pacto presupuestario y coordinar mejor sus políticas económicas.

No obstante, «decisiones sin las acciones correspondientes no son suficientes y se debe prestar atención a la implementación de las medidas en la secuencia correcta». Primero, hay que recuperar la confianza en la deuda soberana y garantizar que los cortafuegos de la UE estén operativos y dotados de un mandato efectivo y flexible. Los compromisos adoptados por los líderes de la eurozona deben aplicarse con rapidez y plenamente.