Sirios residentes en Jordania muestran pancartas contra Al Asad ante la Embajada siria en Amán. | MAJED JABER

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La comunidad internacional clava su atención en Siria ante los violentos acontecimientos que se siguen sucediendo. Sin embargo, no parece conformar una postura común, ya que Rusia, tradicional aliada de Damasco, elude el tratamiento del conflicto desde la ONU y veta sus sanciones, apostando por un diálogo entre las diferentes fuerzas sirias, si bien considera que el país atraviesa ya una situación propia de una «guerra civil».

Desde la Unión Europea, el sentimiento es que la Comunidad Internacional debe presionar para poner fin a la represión y que se «escuche al pueblo». Los vecinos árabes también se encuentran enfrentados.

No existe ningún mandato internacional que determine la intervención de fuerzas externas en Siria. Sin embargo, el conflicto armado que se extiende ya desde hace ocho meses cada día está más internacionalizado.

Inacción

La comunidad internacional lleva meses buscando una solución, sin embargo, no ha sido capaz de aprobar sanciones contra el régimen represivo de Bashar al Asad debido a los vetos de Rusia y China en el Consejo de Seguridad.

En lo que sí coinciden la mayoría de las potencias es en que la sangre debe dejar de derramarse, pero ni Gobierno ni activistas sirios dan el primer paso y, desde fuera, existe polémica en torno a quién debe instar el cese de estas actuaciones violentas.

El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, pidió ayer a la Liga árabe que, cuando se refiera al fin de la violencia en Siria, no se limite al Gobierno y extienda la petición a las fuerzas opositoras.

El régimen sirio ha aceptado recibir a la misión de observadores propuesta por la Liga Árabe dentro de su hoja de ruta para superar la crisis en ese país.

Según una fuente de la Liga Árabe, el Gobierno sirio asegura que «acepta el proyecto del protocolo de la visita a su territorio de los mecanismos de observación de la Liga Árabe», y añade que firmará el protocolo que regula el contenido de los grupos de observación, la agenda y la forma de la visita.