Estudiantes chocan contra la policía durante una protesta en Milán. | MATTEO BAZZI

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Autoridades de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han discutido la idea de que el Banco Central Europeo (BCE) preste dinero a la institución dirigida por Christine Lagarde, para dotar así al Fondo de recursos suficientes para rescatar incluso a los soberanos más grandes de la zona euro, como Italia o España.

«Algunos conversaciones sobre esto han tenido lugar... Podría ser una de las maneras de evitar las restricciones legales del BCE», según afirmó una persona con conocimiento de las conversaciones y confirmó una segunda fuente. Las autoridades han estado discutiendo cómo incorporar al BCE de una forma más activa a la resolución de la crisis de deuda sin poner en peligro su independencia, algo que quizás podría lograr que el BCE preste el dinero al FMI antes que a cualquier gobierno de la eurozona. «Es sólo una idea, al menos por ahora», aclaran las fuentes.

De hecho, el artículo 23 de los estatutos de la institución presidida por Mario Draghi señala que el BCE puede llevar a cabo «cualquier tipo de operación bancaria en relación con terceros países y organismos internacionales, incluidas operaciones de préstamo y endeudamiento».

Por su parte, el FMI podría usar el dinero del BCE para financiar varias operaciones de rescate en la eurozona o para conceder líneas preventivas de crédito de forma individual o junto al fondo de rescate. «Es factible», reconoció una de las fuentes.

Rechazo

Mientras, el ministro de Economía alemán, el liberal Philipp Rössler, criticó ayer que el BCE compre deuda soberana para ayudar a los países de la zona del euro que tienen dificultades de refinanciación. Rössler dijo en Berlín que el BCE es independiente pero se puede cuestionar críticamente algunas decisiones de la entidad monetaria.

En este sentido, el ministro de Economía alemán cuestionó que sea inteligente comprar deuda soberana para frenar la presión de elevados tipos de interés de otros países como Italia ya que existe el peligro de reducir la presión de ahorro.