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El primer ministro francés, François Fillon, lamentó hoy la decisión del Gobierno griego de someter a referendo el plan de rescate aprobado la semana pasada y pidió al país que diga «rápido y sin ambigüedad si quiere conservar su lugar en la zona del euro».

El anuncio del primer ministro griego, Yorgos Papandréu, sobre la celebración de un referendo «puede tener consecuencias muy graves para Grecia y el resto de Europa», dijo en la sesión de control al Ejecutivo en la Asamblea Nacional, en la que lamentó «solemnemente ese anuncio tomado de manera unilateral sobre un problema que compromete a todos los socios de Grecia».

Para Fillon, el resto de Europa no puede estar a la espera durante semanas de lo que decidan los griegos, por lo que recalcó que «deben decir rápido y sin ambigüedad si quieren conservar su lugar en la zona euro».

«Quiero recordar a la población europea y a la griega que no se puede estar en Europa para beneficiarse de su solidaridad y fuera de ella» para saltarse las obligaciones, afirmó el titular galo, que exigió a ese eventual referendo un «discurso sincero» que recalque que se está eligiendo «entre la solidaridad europea ofrecida a cambio de esfuerzos y la caída del país».

Fillon reprochó al Ejecutivo heleno «haber negociado durante horas y horas para lograr un acuerdo por unanimidad sin indicar nunca la posibilidad de organizar ese referéndum», a la vez que puntualizó que «en democracia es legítimo consultar a la población».

«Pero con lamentos no se gestiona una crisis», indicó el primer ministro, para quien ha llegado el momento de «tener sangre fría y de concentrarnos en aplicar el plan adoptado».

«Es el único camino responsable para resolver la cuestión de la deuda griega manteniendo a Grecia en la zona euro», advirtió el representante galo, que quiso recordar que la «solidaridad europea se ofreció teniendo como contrapartida el consentimiento griego de mantener sus esfuerzos para sanear sus cuentas».

El acuerdo integral anticrisis aceptó proporcionar a Grecia una ayuda financiera de 100.000 millones de euros, que se eleva a 130.000 millones si se tienen en cuenta los 30.000 millones que la zona del euro está dispuesta a conceder a los acreedores como garantía para la condonación del 50 % de la deuda griega.

«La solidaridad no puede ejercerse si cada uno no se presta a los esfuerzos necesarios», indicó en referencia al plan de ajuste que va ligado al rescate acordado en la cumbre extraordinaria de la eurozona el pasado 27 de octubre.

Fillon insistió además en que «la situación de incertidumbre creada por las decisiones griegas hace que sea más necesario que nunca proteger al resto zona euro contra ataques especulativos».

El plan adoptado por los líderes de la eurozona en Bruselas, pese a tener como eje el nuevo rescate de Grecia, también preparaba a la banca ante el impago griego y el impacto de la deuda soberana de otros países con problemas con una recapitalización a escala europea.

El primer ministro calificó de «capital» poner en marcha esos acuerdos, y recordó que, tal y como anunció ayer el presidente Nicolas Sarkozy, Francia y Alemania han decidido reunir hoy en Cannes, en la víspera de la celebración de la cumbre del G20, al conjunto de instituciones europeas, al FMI y a Papandréu para examinar la situación.

Merkel pide claridad

Del mismo modo, la canciller alemana, Angela Merkel, exigió hoy «claridad» al primer ministro griego, Yorgos Papandréu, si quiere seguir siendo receptor de la solidaridad europea tras el anuncio de un referendo sobre el segundo rescate.

La jefa del Ejecutivo federal agregó que esta tarde se entrevistará con Papandréu en Cannes (Francia), en la víspera de la cumbre del G20, para estudiar si el programa de ayuda financiera a Atenas acordado en la cumbre de la eurozona de la semana pasada sigue vigente tras la convocatoria del plebiscito.

Merkel realizó estas declaraciones en la rueda de prensa que siguió a su entrevista con el primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, de visita oficial en Berlín para conmemorar el 50 aniversario del acuerdo bilateral que propició la llegada de trabajadores turcos a Alemania.

No obstante, la canciller prefirió no abundar más en la cuestión y se limitó a señalar que el Gobierno alemán «ha tomado nota oficial» del anuncio de Papandréu, después de que ayer el primer ministro heleno se lo transmitiese personalmente a Merkel por teléfono.

Poco antes, en un encuentro rutinario con periodistas el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, acusó veladamente al primer ministro griego de falta de responsabilidad y previsión.

Afirmó que «Grecia también tiene una responsabilidad» para con el resto de países de la Unión Europea (UE), que en los últimos meses se han mostrado a su vez «activamente solidarios y responsables» con Atenas.

«Lo que se decide en una capital europea tiene repercusiones en todos los países, porque todos están ligados. Todos deberían reflexionar a este respecto», agregó.

El portavoz criticó que Papandréu no hubiese avisado por adelantado al resto de países de la UE de su intención de anunciar la convocatoria de un plebiscito, algo que ha vuelto a desestabilizar a la eurozona tan sólo una semana después del último gran acuerdo para atajar la crisis de la deuda soberana.

El portavoz del Gobierno alemán señaló que Europa entera se encuentra ante una «difícil situación» y que en los próximos días se decidirán los pasos a dar en el asunto de Grecia tras los últimos acontecimientos.

En concreto, Seibert indicó que por el momento no se ha decidido si Grecia va a recibir el próximo tramo del primer rescate, que en teoría debería transferirse en los próximos días, o si el referendo altera o deja en suspenso el calendario acordado.

A este respecto, aseguró que varios líderes de la eurozona -entre ellos la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy- discutirán sobre el asunto esta tarde, en la víspera de la cumbre del G20 de Cannes (Francia), y que el próximo lunes será tratado por los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin).