La ex primera ministra y líder opositora de Ucrania, Yulia Timoshenko (d), consuela a su hija Evgenia (i), durante una audiencia celebrada en el juzgado del distrito Pechora de Kiev (Ucrania). | SERGEY DOLZHENKO

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La ex primera ministra y líder opositora ucraniana Yulia Timoshenko fue condenada hoy a siete años de cárcel, tras ser declarada culpable del delito de abuso de poder, en un fallo que también la inhabilita para ocupar cargos públicos durante tres años.

La sentencia dictada por magistrado Rodión Kiréyev, al que Timoshenko, de 50 años, humilló durante los cinco meses que duró la vista de la causa, señala que la líder opositora deberá pagar cerca de 200 millones dólares a la gasística ucraniana Naftogaz en concepto de reparación de daños.

El fallo priva a Timoshenko de la posibilidad de participar en la próximas elecciones parlamentarias y presidenciales, lo que según la líder opositora era el objetivo de la persecución judicial en su contra.

El juez consideró demostrado que Timoshenko, excediéndose en sus facultades, impartió instrucciones para la firma en 2009 de acuerdos gasísticos con Rusia que supusieron cuantiosas pérdidas para Naftogaz, y satisfizo en su totalidad la petición de pena solicita por los fiscales.

Timoshenko al igual que durante toda la vista de la causa, no se puso de pie ante el magistrado, al que en la audiencia celebrada el 6 septiembre pasado llamó «delincuente», «verdugo», «impostor», «papagayo», entre otro epítetos.

«Usted es un papagayo, no una persona: repite las misma palabras insensatas con toda la ayuda de los fiscales criminales», dijo entonces la política opositora, que agregó: «Seguramente, la culpa es de sus padres, que criaron a un necio».

Kiréyev manifestó hoy que el tribunal no halló atenuantes ni «signos de arrepentimiento» por parte de la acusada, por lo que no considera posible dictar una pena inferior.

Timoshenko, que se encontraba en prisión preventiva desde el 5 agosto por desacato, intentó interrumpir la lectura del fallo acusando al juez de «arrebatarle la libertad a Ucrania».

«La condena no me detendrá. ÑViva Ucrania!», dijo Timoshenko, quien adelantó que recurrirá ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, y añadió: «No hay ninguna esperanza en nuestra justicia».

La opositora indicó que «Ucrania a vuelto al año 37», en alusión a la gran represión desatada ese año del siglo pasado por el dictador soviético Iósif Stalin.

Nada más conocerse la sentencia, la Unión Europea se declaró «profundamente decepcionada» y aseguró que el caso tendrá «profundas consecuencias» en su relación con Kiev, que hasta fines de este año espera firmar con Bruselas un acuerdo de asociación que incluya una zona de libre comercio.

Los abogados de Timoshenko indicaron que esperan recibir cuanto antes el texto de la sentencia a fin de presentar una apelación en las instancia judiciales superiores, para lo que tienen un plazo de quince días.

Desde el banquillo de los acusados la ex primera ministra denunció durante todo el proceso que la persecución judicial en su contra ha sido orquestada por el actual presidente del país, Víctor Yanukóvich, por motivos estrictamente políticos.

Timoshenko, que firmó los acuerdos gasísticos en medio de una «guerra del gas» con Moscú que en pleno invierno había dejado sin carburante a Ucrania y Europa, es una antigua adversaria política de Yanukóvich e iba a ser su principal rival en los futuros comicios.

La acusación del Estado argumentó que Timoshenko se excedió en su atribuciones al firmar en 2009 un acuerdo de gas con Rusia que las actuales autoridades consideran oneroso para los intereses nacionales.

El Gobierno asegura que el cumplimiento de esos contratos supondría para el país la pérdida de 80.000 millones de dólares en sus diez años de vigencia.

Miles de partidarios de Timoshenko se congregaron junto al tribunal, acordonado por centenares de efectivos antidisturbios que detuvieron a una decena de manifestantes cuando intentaron bloquear la vía pública.

«ÑAbajo la banda de delincuentes!», con esos gritos recibieron la noticia de la condena los seguidores de la ex primera ministra que se encontraban en las inmediaciones del juzgado.

El diputado Alexandr Turchínov, brazo derecho de Timoshenko, dijo a la prensa que «la banda criminal que se encuentra en el poder está condenada: sólo pueden mantenerse gracias a la represión».

«Nuestra líder saldrá en libertad, porque ella es libre. Nadie podrá meter entre rejas su espíritu», enfatizó el legislador.