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El Departamento de Estado estadounidense reclamó ayer a sus ciudadanos que permanezcan alejados de la central nuclear japonesa Fukushima-1 a no menos de 20 kilómetros, a raíz de «datos adicionales» suministrados por las «autoridades niponas».
Siete meses después de que un terremoto y un posterior tsunami azotaran la costa noreste de Japón, causando la mayor crisis nuclear desde Chernobil (1986), Estados Unidos ha pedido a sus ciudadanos que se alejen de la planta de Fukushima-1 por «datos adicionales» aportados «por las autoridades japonesas que han permitido una evaluación más certera por parte de los científicos del Gobierno estadounidense».
Alerta
Esta alerta se extiende a su vez a los territorios al noroeste de la central nuclear que están calificados por Japón como «áreas de evacuación progresiva» que incluye a las localidades de Kawamatamati, Katsuraomura, Namiemachi y Minamisoma.
Asimismo, ha recomendado a sus ciudadanos norteamericanos a respetar las recomendaciones del Gobierno japonés en materia de evacuación y les ha urgido a abandonar de forma inmediata cualquier área que esté bajo dicho estatus.
Sin embargo, en aquellas zonas comprendidas a entre 20 y 80 kilómetros de la central Fukushima-1, el Departamento de Estado norteamericano ha lanzado un mensaje a los «visitantes temporales» que pretendan visitar Japón al precisar que «riesgos para su salud y su seguridad son», por el momento, «bajos», pero la Administración recomienda a embarazadas, niños y ancianos no permanecer a menos de 30 km de la planta.