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El número de víctimas mortales por la matanza en el campamento juvenil socialdemócrata de la isla de Utøya, vecina a Oslo, asciende a 84, informó hoy la policía noruega.

El ataque, cuyo presunto autor es un noruego de 32 años de tendencias ultraderechistas e islamófobas, se produjo unas dos horas después del atentado en el centro de la capital noruega, donde asimismo fallecieron siete personas.

Según fuentes policiales, se teme que el cómputo de víctimas suba aún en las próximas horas, dado el alto número de heridos graves, tanto a consecuencia del primer atentado en la capital como del segundo ataque a la isla.

Asimismo se busca posibles víctimas entre las aguas, ya que muchos jóvenes trataron de huir nadando.

El presunto autor del doble atentado fue detenido en la misma isla y ha sido interrogado por la policía.

El primer ministro noruego, Jens Stoltenberg, calificó lo ocurrido de la "peor tragedia desde la Segunda Guerra Mundial", en una comparecencia ante la televisión esta mañana.

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"Fue un ataque al paraíso de mi juventud, convertido ahora en un infierno", añadió el político, quien antes del atentado tenía previsto acudir este sábado a la isla, lugar que había visitado en sus años jóvenes para participar en campamentos juveniles y donde le esperaban ahora correligionarios y amigos.

El ataque en Utøya ocurrió sobre las 15.30 GMT, unas dos horas después del atentado con coche bomba en el complejo gubernamental de Oslo, con 7 personas muertas y quince heridos.

El ministro de Justicia, Knut Storberget, en la comparecencia junto a Stoltenberg, confirmó por su parte las informaciones difundidas por la policía, según las cuales el presunto autor de la matanza es un noruego de 32 años.

Según la policía, el sospechoso tenía "opiniones hostiles al Islam" y próximas al "fundamentalismo cristiano", como reveló un registro efectuado en su casa, donde la policía encontró varios mensajes colgados en internet con contenidos ultraderechistas.

El sospechoso ha sido identificado por medios noruegos como Anders Behring Breivik, y presuntamente actuó en solitario, aunque la policía no descarta que tuviera cómplices.

Testigos relataron a la radio pública NRK que el agresor entró en el campamento juvenil socialdemócrata con uniforme de la policía y se identificó como tal para acceder al recinto.

Según un guarda del campamento, el presunto autor de la masacre explicó que iba a revisar la seguridad y, por lo que apreció, llevaba dos armas.