Estudiantes limpiaron ayer la plaza de Tiananmen, Pekín, durante el 22º aniversario de la represión militar. | Efe

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China vivió ayer el 22 aniversario de la matanza de estudiantes de Tiananmen en medio de una de las campañas más represivas de los derechos humanos en más de una década y las peticiones de EEUU y Taiwán para que libere a los presos políticos que permanecen encarcelados desde 1989 por soñar con un país libre.

«Desde finales del año pasado hasta ahora estamos viviendo un retraso en cuanto a derechos humanos, similar a la represión que se vivió a finales de los noventa», señaló ayer Zhang Xianling, una de las fundadoras de la agrupación Madres de Tiananmen, que representa a 127 familias de las víctimas de la matanza.

Grupos de derechos humanos han manifestado que la actual campaña de detención de disidentes políticos, con la que el régimen chino intenta evitar protestas similares a las de la llamada «Primavera Àrabe», es la más violenta desde la represión del grupo religioso budista Falun Gong, en 1999.

Más libertad

Zhang, que perdió a uno de sus tres hijos en el ataque del Ejército de Liberación Popular contra los estudiantes que se manifestaban en la céntrica plaza pequinesa de Tiananmen la noche del 3 y la madrugada del 4 de junio, aseguró que disfrutaba de mayor libertad para hablar con la prensa en 2008, el año olímpico chino. Lo mismo opina la otra fundadora de la agrupación, Ding Zilin, que perdió a su único hijo en el puente pequinés de Muxidi, al oeste de Tiananmen: «Cuando a finales del año pasado le dieron el Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, nos mantuvieron bajo custodia residencial durante 74 días en Jiangsu».

«Liu Xiaobo era un amigo muy cercano de la familia», agrega Ding en referencia al Nobel, considerado uno de los instigadores de las huelgas de hambre de intelectuales mantenidas durante las masivas protestas de Tiananmen previas a la masacre. Tanto Zhang como Ding son vigiladas por la policía, lo que no es obstáculo para que expresen su opinión por la compensación ofrecida por el Gobierno a una de las familias de Madres. «Es un progreso en estos 16 años de lucha, pero la forma en que se ha realizado es inaceptable», dice Zhang.