Residentes en Kawauchi, con trajes protectores y máscaras, en una visita relámpago a sus hogares. | ISSEI KATO

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El primer ministro japonés, Naoto Kan, anunció ayer que su Gobierno revisará la política energética del país, que hace un uso escaso de las renovables y depende mucho de la nuclear.

De confirmarse, el giro sería radical, ya que, antes de la tragedia de Fukushima, el Ejecutivo nipón tenía previsto profundizar en su apuesta por la vía atómica. Por ejemplo, su objetivo, ahora abierto a cambios, era que en 2030 el 50% de la electricidad fuera nuclear, frente al 30% actual. «Ese plan básico tiene que ser revisado desde cero tras este gran incidente», reconoció ayer.

Kan señaló que la energía nuclear y la procedente de combustibles fósiles han sido claves en Japón, pero subrayó que, a partir de ahora, debe poner el acento en energías como la solar y otras renovables. «En cuanto a la energía eólica y solar, nuestro país está retrasado, así que vamos a abrir el camino en este sentido, como están haciendo otros países occidentales», destacó el primer ministro.

Seguridad

Por otra parte, subrayó que lo ocurrido en la central de Fukushima ha puesto de manifiesto la necesidad de investigar de forma exhaustiva lo sucedido e incrementar las medidas de seguridad de todas las centrales nucleares del país. «Vamos a estudiar maneras de conseguir un sistema aún más seguro», prometió Naoto Kan.

El pasado lunes la eléctrica Chubu Electric aceptó paralizar la planta nuclear de Hamaoka por motivos de seguridad, lo que puede complicar también el suministro eléctrico en todo Japón.

Kan reiteró que la responsabilidad del accidente recae sobre la operadora de la planta de Fukushima, Tokyo Power Electric (TEPCO), y dijo que se considera la creación de una comisión de investigación independiente para analizar las causas del accidente.

«Llevaré los datos de este accidente ante la comunidad internacional con el objetivo de poder contribuir a lograr una oferta de energía nuclear más segura de ahora en adelante», explicó Kan.

Kan admitió la semana pasada que la respuesta de su Gobierno al terremoto del 11 de marzo fue «inadecuada en varios aspectos» y pidió a sus ministros que compartan más información para solventar la crisis. Además de anunciar una revisión de su política energética, el primer ministro japonés dijo que renuncia a su sueldo de mandatario, aunque conservará el que le corresponde por ser diputado, mientras dure la crisis nuclear que vive Fukushima desde el pasado 11 de marzo, informa la agencia local de noticias Kyodo.