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Prohibir el burka, prenda que cubre enteramente el rostro y el cuerpo de la mujer, sería contrario a las tradiciones británicas, según el ministro de Inmigración del Reino Unido, Damian Green. Promulgar una ley en ese sentido sería algo contrario a las tradiciones de este país, caracterizado por una «sociedad tolerante y donde impera el mutuo respeto», declaró el ministro al dominical Sunday Telegraph.

Green contradijo así a su correligionario, el diputado conservador Philip Hollobone, que presentó al Parlamento un proyecto de ley para ilegalizar tanto el niqab como el burka.

Hollobone dijo que se negaría a recibir en su consulta parlamentaria a cualquier persona de su circunscripción que llegara con la cara tapada porque «Dios nos ha dado el rostro para expresarnos». La semana pasada, el Parlamento francés aprobó en primera lectura una ley que prohíbe el velo integral aunque está aún pendiente de ratificación por el Senado.

Otros países europeos, entre ellos Holanda, Bélgica y España, han comenzado a debatir también ese tema. Según el ministro, es altamente improbable que se apruebe en el Reino Unido una ley en ese sentido porque «decirle a la gente cómo debe ir vestida por la calle es contrario a lo que es este país».

Green dijo que, a diferencia de Francia, el Reino Unido no es un país de un «laicismo agresivo». Según Catherine Helsetine, del Comité Islámico de Asuntos Públicos, los diputados británicos no deberían perder el tiempo en su discusión.

«Gran Bretaña es un país libre. Valoramos nuestras libertades y no queremos que los diputados o el Gobierno les digan a los ciudadanos qué ropa pueden llevar o no», dijo.