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La «retórica cada vez más agresiva» del presidente de EEUU, Barack Obama, contra la petrolera BP causa gran preocupación a los empresarios británicos, temerosos de que esos ataques dañen las relaciones transatlánticas.
Así lo señala el Financial Times, según el cual el empresariado del Reino Unido cree que esos ataques «injustificados» a BP por su gestión del derrame de petróleo en el golfo de México están más dictados por la campaña electoral que por consideraciones regulatorias.
Según fuentes británicas, el propio primer ministro, David Cameron, le planteará el tema a Obama en la conversación telefónica que mantendrán este fin de semana.
Aquí preocupa sobre todo el hecho de que los políticos estadounidenses se hayan referido a la petrolera como British Petroleum pese a que la compañía cambió ese nombre por las siglas BP y no lo ha utilizado desde 1998.
El costo potencial de la crisis y el temor a que BP no pague este año dividendos ha afectado negativamente a sus acciones, que el miércoles cayeron un 4% después de haber perdido un 5% el día anterior.
Los American Depositary Recepits de BP en EEUU se depreciaron en un 16% y desde que se produjo el accidente en el golfo, a finales de abril, el valor de las acciones se ha reducido a la mitad.
Richard Lambert, director de la Confederación de la Industria Británica, la patronal de este país, declaró al Financial Times que el ataque de Obama es «obviamente materia de inquietud» y agregó que siempre preocupa el que un político «se injiera de ese modo en un asunto empresarial»
Según Lambert, la estrategia de la Casa Blanca es errónea, entre otras cosas porque «al margen de todo, BP forma parte vital de la infraestructura energética de EEUU» y ese país debe tener «tanto interés como el resto del mundo en que le vaya bien a BP».