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La Comisión Europea propuso ayer la creación de 27 fondos (uno por cada país de la UE), financiados con una tasa a la banca aún por definir y coordinados a nivel europeo, para costear futuras crisis bancarias.
«No es aceptable que los contribuyentes sigan pagando el oneroso coste de rescatar al sector bancario. Ellos no deben estar en primera línea. Creo en el principio de que quien contamina paga», afirmó el comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Michel Barnier, en la presentación de la propuesta, que avanza en el cumplimiento de los compromisos adquiridos en el seno del G-20.
Dirigentes a ambos lados del Atlántico han insistido en este asunto desde la caída del banco de inversión estadounidense Lehman Brothers, en septiembre de 2008, que causó una oleada de rescates con dinero público en la UE, que ascendieron al 13% del PIB comunitario.
Iniciativa pionera
Aunque Barnier declinó ofrecer detalles sobre la cantidad total de dinero que deberán movilizar los fondos o la cuantía y modalidad de las aportaciones de los bancos, la propuesta de ayer es la primera a nivel europeo y será presentada ante los líderes del G-20 en la reunión que se celebrará a finales de junio en Toronto.
Con esta proposición, la Comisión Europea ha optado por un enfoque pragmático, al preferir la creación de una red de fondos nacionales a uno supranacional o federal europeo, «que hubiera supuesto una serie de ventajas» en procesos como la reestructuración de entidades trasnacionales, según el ejecutivo comunitario.
La propuesta también pretende atajar el «riesgo de falseamiento de la competencia» y los obstáculos a «la cooperación transfronteriza» asociados a la falta de coordinación, tras constatar que algunos Estados como Suecia ya han introducido medidas similares unilateralmente o están considerando hacerlo.
Barnier dijo que procurará que las tasas impulsadas en cada país estén lo más coordinadas que posible, y explicó que el dinero no podrá ser empleado para reflotar entidades en quiebra ni tampoco podrá traducirse en beneficios para los accionistas o gestores.
Esta matización busca alejar la «inquietud fundamental» relacionada con la posibilidad de que las entidades consideren la tasa como «una póliza de seguro» y continúen asumiendo riesgos. El Ejecutivo comunitario sí desea que el dinero de estos fondos sea utilizado para facilitar «quiebras ordenadas» mediante la transferencia de activos o deudas.