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El ex líder serbobosnio Radovan Karadzic tampoco se presentará hoy ante el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), según aseguró uno de sus consejeros legales después de visitarle en su celda.

El asesor jurídico explicó que Karadzic estuvo preparando «con entusiasmo» su defensa hasta el domingo por la noche y que, debido a estos intensos preparativos, no tiene tiempo de personarse ante los jueces.

Ante la anunciada renuncia de Karadzic a esta invitación, los jueces podrían asignarle un abogado defensor que le represente en la sala del tribunal y así continuar con el juicio.

Según el asesor legal de Karadzic, imponerle un abogado defensor solamente retrasará aún más el juicio, porque el letrado «también tiene que prepararse».

Karadzic, de 64 años, ha calificado su juicio ante el TPIY de ser el «mayor, el más importante, el más complicado y delicado» proceso ante ese tribunal de la ONU, por lo que considera que solamente él puede desarrollar su propia defensa.

Karadzic, arrestado en julio de 2008, opina que se le debe conceder al menos «el tiempo medio de preparación de un juicio, que son dos años», según comunicó por escrito al TPIY el pasado jueves. Ante el rechazo de sus apelaciones formales, el acusado más importante del TPIY decidió usar una artimaña. Asegurando que no es su intención boicotear el proceso sino preparar con tiempo su defensa, comunicó que no se presentaría en la primera vista del juicio, con lo que pone a los jueces en una posición difícil que causará inevitables retrasos.

Los estatutos del TPIY estipulan que el acusado o su representación legal tiene que estar presente en la sala, lo que se considera como una «garantía mínima» para la celebración de un proceso justo.

Karadzic está acusado de crímenes de guerra, lesa humanidad y genocidio presuntamente ocurridos durante la guerra de Bosnia (1992-1995). Los cargos de genocidio se refieren a la muerte en 1995 de unos 8.000 musulmanes varones en al ciudad bosnia de Srebrenica y a las 12.000 víctimas civiles del asedio de Sarajevo.

El Tribunal Penal de La Haya, que cerrará sus puertas en 2013, quiere evitar que el juicio a Karadzic se convierta en un «macroproceso» como el de Milosevic, que duró cuatro años y finalmente no se terminó a causa de la repentina muerte, en marzo de 2006, del ex presidente yugoslavo en su celda a causa de un infarto.