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El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) inspeccionará el 25 de octubre la nueva planta de enriquecimiento de uranio iraquí, según anunció ayer en Teherán su director, Mohamed El Baradei.

 

Pese a esta «concesión» de las autoridades de Irán, El Baradei pidió de nuevo al Gobierno de Irán gestos de buena voluntad y mayor transparencia para erradicar todas las dudas que aún genera su controvertido programa atómico.

 

Al término de su visita oficial a Teherán, el diplomático egipcio volvió a reprender al régimen iraní por no haber informado a su debido tiempo de que construye una nueva planta de enriquecimiento de uranio, llamada Fordu y situada bajo una colina a 150 kilómetros al suroeste de la capital.

 

Pero de forma paralela arrancó de las autoridades persas una fecha, la del próximo 25 de octubre, para que sea inspeccionada.

«Es muy importante para nosotros enviar a los inspectores para que realicen una visita global a la planta nuclear en cuestión y podamos garantizar que sus objetivos son puramente pacíficos», explicó El Baradei en rueda de prensa.

 

Engaño

La nueva planta salió a la luz pública el pasado 25 de septiembre envuelta en polémica, después de que el presidente norteamericano, Barack Obama, revelase su existencia y acusara a Irán de haber «engañado al mundo» al construirla «de forma clandestina».

 

El régimen iraní insiste, no obstante, en que no ha actuado en secreto, ya que informó por carta al OIEA el 21 de septiembre, cuatro días antes de la intervención del mandatario norteamericano.

 

De acuerdo con la interpretación que hace del Tratado de No Proliferación Nuclear, Teherán dice haber respetado el plazo, ya que en su opinión no está obligado a comunicar su existencia hasta que falten seis meses para que se alimente con combustible.

 

La visita de El Baradei coincidió ayer con la noticia de que existe un informe confidencial del OIEA que asegura que Irán ya ha logrado el conocimiento científico y tecnológico necesario para obtener una bomba nuclear.

Las autoridades iraníes pondrán pronto en libertad a una veintena de destacadas figuras de la oposición política detenidas durante las protestas posteriores a las elecciones presidenciales del pasado 12 de junio, entre las que estaría el profesor universitario irano-estadounidense Kian Tajbakhsh, acusado de espionaje y de actuación en contra de la seguridad nacional. La gran mayoría de los detenidos durante las protestas ya han sido puestos en libertad, pero aún quedan en prisión unas 100 personas acusadas de orquestar las manifestaciones por el supuesto fraude en los comicios que dieron un nuevo mandato al presidente Mahmud Ahmadineyad. Entre los liberados también estarían el ex vicepresidente Mohammad Ali Abtahi, el periodista Mohammad Atrianfar, el dirigente del partido reformista Mosharekat Saeed Shariati y el activista estudiantil Abdollah Momeni.