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Los socios europeos del G-20 están decididos a lograr en la cumbre de Pittsburg (EEUU) un compromiso global para imponer reglas obligatorias sobre las primas a los ejecutivos bancarios, respaldadas por sanciones a nivel nacional para las entidades que no las cumplan.

A la cita de Pittsburg, el 24 y 25 próximos, acudirán Alemania, Francia, Italia, Reino Unido y la UE como bloque "todos socios del G20", así como España y Holanda, y todos ellos con una lista común de prioridades.

Además de la limitación de los sueldos en la banca, Europa defenderá seguir aplicando los planes de reactivación hasta que se confirme la recuperación económica, así como la adopción de medidas concretas para financiar la lucha contra el cambio climático.

Respecto al delicado tema de los bonus, los europeos conocen las reticencias que su planteamiento genera al otro lado del Atlántico, pero están convencidos de que sólo con una regulación estricta se evitará que los bancos retomen la costumbre de premiar con cifras millonarias a sus directivos.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, promotor de esta iniciativa, ha logrado obtener el apoyo del resto de mandatarios comunitarios, incluido el primer ministro británico, Gordon Brown, quien dice compartir el «enfado» de los ciudadanos por este tema, sobre todo después de que numerosas entidades hayan tenido que recurrir al dinero público para evitar la quiebra.

El objetivo de los líderes europeos es establecer una vinculación clara entre las retribuciones y los resultados a largo plazo de las entidades.
Por su parte, el comisario europeo para Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, apuntó que hay que evitar «abusos e incentivos perversos» para los directivos del sector financiero, y para ello habrá que reforzar la labor de los supervisores.

Reconoció que habrá una discusión con EEUU sobre la «contundencia», aunque defendió la «determinación» europea para sacar adelante esta propuesta.