Dos policías montados del estado de Rhode Island hacen un saludo frente al féretro del senador. g Fotos: PETER FOLEY/EFE

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EFE-WASHINGTON Decenas de miles de personas acudieron a dar el último adiós al senador Ted Kennedy y expresar así su consideración a su trabajo ante el ataúd en el que reposan sus restos mortales, en la Biblioteca Presidencial JFK, en Boston.

El multitudinario desfile se suma al de ayer, cuando los restos del senador fueron trasladados a Boston desde la residencia familiar en Hyannis Port, donde falleció la noche del martes a los 77 años a raíz de un cáncer cerebral.

Según la oficina de Kennedy en Massachusetts, estado al que representó durante casi cinco décadas, unas 25.000 personas rindieron ayer tributo al senador.

La enorme afluencia de visitantes obligó a la biblioteca a ampliar la hora de cierre del velatorio hasta bien entrada la madrugada.
Las muestras de afecto hacia un político miembro de una poderosa dinastía política al que se le recuerda, no obstante, como un «hombre del pueblo» continúan hoy.

Personajes
Entre las muchas personas a cuya vida contribuyó Kennedy, está Michelle Nagel, una vecina de Massachusetts que fue diagnosticada con leucemia en el 2007 cuando vivía en Europa y no tenía dinero para regresar a Estados Unidos.

La oficina del senador la ayudó a volver a EEUU y a recibir tratamiento en Boston donde fue sometida a un trasplante de médula.
«Creo que todo el mundo en Massachusetts siente que los Kennedy son algo nuestro. Tienen algo especial que hace que sea así», afirmó al diario The Boston Globe.

El senador, que afirmó que «la causa» de su vida era lograr la cobertura médica universal en EEUU, dedicó en parte su carrera a favorecer a los enfermos y discapacitados, los inmigrantes y los pobres.

Su trabajo resultó clave en temas como la salud, la educación, los derechos civiles y laborales. Más de 550 de sus proyectos se convirtieron en ley, según su oficina.

Esa rica trayectoria -en la que también hubo escándalos como un accidente de automóvil en 1969 en el que murió su acompañante y aún no está esclarecido-, es la que busca recordar su familia, que quiere que el velatorio sea una celebración y no un lamento.

De ahí que el funeral privado que se celebró anoche se bautizó con el nombre de «Celebración de una vida».
El vicepresidente de EEUU Joe Biden, el senador demócrata John Kerry y el republicano John McCain hablaron durante el servicio religioso, así como su sobrina Caroline Kennedy, única hija viva del presidente asesinado John Fitzgerald Kennedy. McCain, que trabajó con Kennedy durante años para alcanzar un consenso en temas controvertidos, como la fallida reforma migratoria de 2007, dijo que la esposa del senador, Victoria, le había pedido que hablara en el funeral. «Y le dije que haría todo lo necesario para estar allí y me siento muy honrado de poder decir unas palabras sobre el último león del Senado», afirmó el ex aspirante presidencial.