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TERESA BOUZA-WASHINGTON La reforma médica propuesta por la Casa Blanca ha disparado la temperatura política en EEUU, como demuestran las asambleas populares que se celebran en el país para debatir los cambios y donde ha habido más que palabras.

En los últimos días, el congresista demócrata de Texas Lloyd Doggett fue abucheado por una multitud enfurecida, el legislador demócrata de Nueva York Tim Bishop tuvo que ser escoltado por la policía y el legislador de Carolina del Norte Brad Miller recibió amenazas de muerte por no convocar una asamblea en su distrito.

Al grito de «eutanasia», «medicina socializada», «toma de poder del Gobierno» y «no, no, no», los opositores han hecho prácticamente imposible el diálogo en unas asambleas convocadas por los legisladores de cada estado para explicar el plan a sus electores. El martes, el senador Arlen Specter -ahora demócrata tras una larga trayectoria republicana- tuvo que separar a dos asistentes a su reunión en Pensilvania porque, literalmente, llegaron a las manos. Igual ocurrió en otra asamblea en Florida y son muchas más las que se han cerrado con el ambiente mucho más caldeado de lo previsto.

Los episodios, parte de una larga lista de percances, demuestran lo mucho que ha calentado el ambiente la propuesta reforma sanitaria de la Casa Blanca, que persigue la cobertura médica universal y reducir los ahora abultados costes de los seguros privados.

Pero muchos estadounidenses contemplan con recelo el proyecto de reforma, que deberá aprobar el Congreso, y temen una intervención pública en el sector que mine la iniciativa privada.

Un sondeo publicado esta semana por el diario USA Today demuestra que la percepción pública sobre el tema es «compleja» y que el presidente Barack Obama no lo va a tener fácil para aprobar, como quiere, la reforma este año.

Dos terceras partes de los afroamericanos y seis de cada diez hispanos dicen que el objetivo clave de la reforma debería ser garantizar la cobertura médica universal.

Seis de cada diez blancos, por el contrario, creen que el principal objetivo debería ser controlar los costes.