Obama explicó en una escuela a los votantes de Carolina de Norte su plan para reformar la sanidad. Foto: EFE

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EFE-WASHINGTON

Los líderes demócratas en la Cámara de Representantes y un grupo conservador del mismo partido, conocido como «Blue Dogs», han llegado a un acuerdo para avanzar en la reforma del sistema sanitario que promueve el presidente Barack Obama.

Según anunció el líder del grupo de los «Blue Dogs», Mike Ross, estos congresistas han resuelto sus diferencias con el presidente del comité de Comercio y Energía, Henry Waxman, sobre la formulación de un proyecto de ley para la reforma.

Al mismo tiempo, el presidente del Comité de Finanzas del Senado, Max Baucus, indicó que se han alcanzado progresos «alentadores» hacia un proyecto de ley que permitiría la cobertura sanitaria del 95 por ciento de la población en diez años.

Según Baucus, se reduciría en cerca de 100.000 millones de dólares el coste de la reforma, para dejarla en cerca de 900.000 millones a lo largo de diez años.

Al término de esa década, según el senador, la medida contribuiría a reducir el déficit fiscal «en varios miles de millones de dólares».

El proyecto de ley se podría someter a la votación del comité el próximo viernes, aunque no llegaría al pleno de la Cámara de Representantes al menos hasta septiembre, ya que en agosto comienza el receso estival del Congreso.

La reforma del sistema sanitario público es una de las grandes prioridades legislativas del presidente estadounidense, Barack Obama, aunque en los últimos días parecía estancada en el Congreso.

Inicialmente Obama, que intenta promover esta medida ante la opinión pública, había querido que la reforma pudiera estar lista para agosto aunque la semana pasada se vio obligado a aceptar que no ocurrirá al menos hasta septiembre.

El anuncio coincide con una gira de Obama por Carolina del Norte y Virginia para promover la reforma.

En una reunión con votantes en una escuela en Raleigh, en Carolina del Norte, Obama afirmó que la medida permitirá reducir el déficit fiscal al tiempo que «recortará costes y aportará una cobertura de calidad y asequible a los ciudadanos».

El alto déficit presupuestario es una de las razones que alegan los críticos de la reforma del sistema sanitario para oponerse a esta iniciativa.

Obama quiso atajar esas críticas al indicar que, si no se actúa, se doblarán en diez años los costes sanitarios, lo que multiplicará el número de estadounidenses sin cobertura médica y llevará a la quiebra a los gobiernos estatales y federal.