De izquierda a derecha, Barack Obama, el príncipe Carlos de Inglaterra, Gordon Brown, Stephen Harper y Nicolás Sarkozy, durante la conmemoración de los 65 años del Día D. Foto: MAL LANGSDON/REUTERS

TW
0

MACARENA VIDAL-COLVILLE (FRANCIA)

El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer a «no olvidar» las lecciones del Desembarco aliado en Normandía -que comenzó el 6 de junio de 1944-, un ejemplo de cómo «la valentía y el altruismo de unos pocos cambió el curso de todo un siglo».

Obama participó ayer, junto al presidente francés, Nicolas Sarkozy, el primer ministro británico, Gordon Brown, el jefe de Gobierno canadiense, Stephen Harper, y el príncipe Carlos de Inglaterra, en los actos de conmemoración del 65 aniversario del Día D, en el Cementerio Americano de Colleville, donde yacen 9.387 soldados fallecidos en la Segunda Guerra Mundial.

«En una hora de máximo peligro y en medio de las circunstancias más terribles, hombres que se creían normales y corrientes descubrieron que podrían hacer lo extraordinario», destacó Obama, al rendir homenaje a los veteranos que combatieron, metro a metro, para escalar los acantilados de la costa normanda y garantizar una cabeza de puente desde la que se lanzaría la liberación de Francia.

Más de 260.000 soldados, aliados y alemanes, murieron en los tres meses de combates tras el Día D que permitieron la liberación de Normandía. «No podíamos saberlo entonces, pero mucho del progreso que iba a definir el siglo XX, a ambos lados del Atlántico, viene de la batalla por un trozo de playa de sólo diez kilómetros de largo y tres de ancho», afirmó Obama. La participación en este evento pone fin a los actos oficiales del presidente estadounidense en su gira de esta semana por Oriente Medio y Europa. Obama, que aun permanecerá en Francia hasta mañana al mediodía, para visitar la capital francesa acompañado de su esposa, Michelle, y sus hijas Sasha y Malia, se reunió antes de la ceremonia con el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en una bilateral en la que advirtió a Corea del Norte contra sus actos «extraordinariamente provocadores».

«Vamos a examinar muy de cerca cómo vamos a actuar», sostuvo Obama, que indicó que no tienen «intención de mantener una política que recompense la provocación». «No creo que se asuma que sigamos simplemente el camino en el que Corea del Norte desestabiliza constantemente la región» y busca compensaciones por ello, reiteró el presidente estadounidense.

Obama y Sarkozy se mostraron de acuerdo en la necesidad de avanzar más allá del punto muerto actual en el proceso de paz en Oriente Medio. Al respecto reconoció que no espera que «un conflicto que dura 60 años acabe de la noche a la mañana» pero, como ha hecho en los últimos días, consideró que existe la oportunidad para lograrlo y confía en que el proceso se restablezca antes de fin de año.

Obama y Sarkozy lanzaron también un llamamiento a Irán para que renuncie al desarrollo de un programa de armamento nuclear.