Preocupación en el rostro del primer ministro británico Gordon Brown tras las elecciones locales. Foto: REUTERS

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EFE-WASHINGTON

El primer ministro británico, Gordon Brown, se mostró ayer decidido a seguir al frente del Gobierno pese al varapalo sufrido por el Partido Laborista en las elecciones locales inglesas y a las dimisiones presentadas por seis de sus ministros. En una rueda de prensa para explicar la remodelación de su Gabinete, Brown insistió en que él es la persona idónea para ayudar al país a superar la crisis económica y parlamentaria.

«Si no creyera que soy la persona idónea al frente del equipo adecuado para enfrentarme a estos desafíos, no estaría aquí», dijo en la comparecencia, en la que también admitió que el laborismo ha encajado una «dolorosa derrota» en las elecciones celebradas el jueves.

Votos

Con los votos de 30 de 34 gobiernos locales escrutados, el Partido Conservador de David Cameron se confirmaba como ganador, sumando 7 municipios hasta 29, seguido de los liberal demócratas, que perdían uno y ganaban otro, y los laboristas, que perdían cuatro y se quedaban sin el control de ninguno.

Según una proyección de la cadena pública BBC, si los resultados se extrapolaran a unas elecciones generales, los «tories» obtendrían un 38 por ciento de los votos, frente al 23 por ciento de los laboristas y el 28 por ciento de los liberales.

Los resultados de las elecciones europeas, que también se decidieron ayer en el Reino Unido, se conocerán el domingo, aunque también se espera una derrota del partido gobernante, que podría quedar incluso en cuarto lugar por detrás del antieuropeo UKIP. Pese a las presiones dentro y fuera de su formación para que deje el cargo, Brown descartó ayer esa alternativa y subrayó que su deber es «acabar la tarea": «No vacilaré. No abandonaré. Seguiré haciendo mi trabajo», aseguró.

El primer ministro atribuyó el descontento de los ciudadanos al reciente escándalo por los abusos de las dietas parlamentarias y la crisis económica, y, aunque aceptó también su responsabilidad, no dio muestras de plantearse abandonar el Gobierno. Cinco ministros de su Gabinete han dimitido en los últimos días y uno de ellos, James Purnell, que ocupaba la cartera de Trabajo, le invitó a que también se fuera para dar opciones al Partido Laborista de ganar las próximas elecciones generales.