TW
0

EFE-WASHINGTON

General Motors (GM) declaró que el 1 de junio del 2009 quedará marcado en el calendario no como el día en que se declaró en quiebra sino como el «nuevo inicio» de la centenaria empresa que durante décadas marcó la prosperidad de EEUU. GM, un icono de la economía estadounidense, se declaró ayer en quiebra al no poder reestructurar su deuda, como había exigido el Gobierno estadounidense. Supone la mayor quiebra industrial de la historia del país.

«El consejo de administración de General Motors lamenta que este camino ha sido necesario pese a los esfuerzos de muchos. Hoy supone un nuevo inicio para General Motors», afirmó el presidente del consejo de administración, Kent Kresea. La nueva General Motors que emergerá de la quiebra será radicalmente distinta a la vieja empresa que dominó el sector durante décadas, con la mitad de marcas, bajo la tutela estatal y sin las pesadas cargas del pasado. Para empezar, General Motors clausurará en Estados Unidos 11 plantas y cerrará temporalmente otras tres, lo que supondrá la desaparición de otros 21.000 puestos de trabajo.

Además, eliminará unos 2.400 concesionarios en todo el país para retener con poco más de 3.600. Y mantendrá solo cuatro de sus ocho marcas. Se quedará con Chevrolet, Cadillac, Buick y GMC y eliminará (ya sea a través de ventas o simplemente mediante el cierre) Pontiac, Saturn, Saab y Hummer.

Los abogados de General Motors presentaron un pliego de 24 páginas ante el Tribunal de Quiebras de Nueva York en las que se detallan las factorías que planea cerrar de aquí al 2010, sus acreedores así como la lista de sus activos, valorados en 82.300 millones de dólares, y su deuda financiera, 172.800 millones de dólares.