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EFE-PRETORIA Jacob Zuma, líder del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA), fue investido ayer en Pretoria como cuarto presidente de la historia democrática de Sudáfrica, en un acto multitudinario en Pretoria, con la asistencia de 29 jefes de Estado y de Gobierno.

Zuma, de 67 años, juró el cargo ante el jefe del Poder Judicial de Sudáfrica, Pius Langa, después de que su antecesor, Kgalema Motlanthe, le transfiriera la Orden Nacional de Mapungubwe, que corresponde al presidente, en una ceremonia que estuvo bendecida por clérigos de varias religiones.

En su fórmula de juramento, Zuma señaló que asumía el cargo de presidente de Sudáfrica para «mantener la Ley y la Constitución» y «defender y promover los derechos de todos los sudafricanos», y concluyó con: «Que Dios me ayude», tras lo cual los asistentes prorrumpieron en una gran ovación.

En la ceremonia estuvieron situados en puestos preferenciales los tres anteriores presidentes de Sudáfrica: el premio nobel de la Paz y primer jefe del Estado negro del país, Nelson Mandela; su sucesor, Thabo Mbeki, y Kgalema Motlanthe, que ha estado apenas ocho meses al frente de la presidencia.

Como primera dama, que se ignoraba quién sería, estuvo en la tribuna presidencial la primera esposa de Zuma, Sizakele Khumalo, con la que el nuevo mandatario lleva casado desde 1960, aunque tiene otras dos esposas, la más joven de 33 años, y al menos 19 hijos.

Después de la investidura formal, varios helicópteros militares, con la bandera de Sudáfrica, sobrevolaron los edificios gubernamentales de Pretoria, en cuya escalinata se celebró el acto, y se interpretó el himno nacional mientras se disparaban las salvas de ordenanza.

En el acto estuvieron presentes 29 jefes de Estado y Gobierno, la mayoría africanos, además de unos 5.000 invitados oficiales y, según los organizadores, unos 30.000 espectadores.