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EFE-JOHANNESBURGO El Congreso Nacional Africano (CNA), que gobierna Sudáfrica desde la caída del «apartheid» en 1994, confía en obtener una amplia victoria en las cuartas elecciones democráticas del país, que discurrieron ayer con normalidad y en las que la oposición se mostró más fuerte y activa.

«Todo marcha en paz, con tranquilidad y armonía», dijo a los periodistas Brigalia Bam, presidenta de la Comisión Electoral Independiente (CEI), en una comparecencia pública en la mitad de la jornada electoral.

Bam recalcó que no se había informado de «violencia, amenazas o intimidaciones» en ninguno de los 19.726 centros de votación del país, que a media jornada estaban «todos operativos», pero admitió que había habido «algunas irregularidades» en varias provincias.

La responsable electoral admitió que podría haber escasez de urnas y de papeletas en algunos colegios, aunque aseguró que se les suministrarían.
Sobre la seguridad, la provincia donde había más temor era la de Kuazulu Natal, donde en anteriores elecciones ha habido graves incidentes violentos, en especial enfrentamientos entre seguidores del CNA y el Partido Inkata Libertad (IFP), pero en esta ocasión no se han registrado incidentes.

El líder del CNA, Jacob Zuma, que prácticamente tiene asegurada la Presidencia de Sudáfrica, aseguró que, desde joven, «sabía que este día llegaría», mientras era vitoreado, entre cantos y danzas, por un grupo de seguidores tras depositar su voto en su localidad natal de Nkandla, en Kuazulu Natal.

La Ejecutiva del CNA, por su parte, mostró su «satisfacción» por la normalidad en la jornada electoral, en la que ya han votado la práctica totalidad de sus líderes, entre ellos el Premio Nobel y primer presidente negro de Sudáfrica, Nelson Mandela, y el actual jefe del Estado, Kgalema Motlanthe.