Una columna de humo y fuego se levanta sobre los edificios tras el impacto de un proyectil israelí en el paso fronterizo de Rafah. Foto: A.R.KHATIB/EFE

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Decenas de miles de personas han abandonado sus viviendas en Gaza para buscar refugio en escuelas y casas de amigos o familiares ante el avance de las tropas israelíes y la imposibilidad de abandonar la cercada y pequeña franja palestina. «Sentimos a cada momento que vamos a morir», explica Abu Ibrahim Al Hissi bajo el sonido de los bombardeos en una escuela regentada por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).

Como él, otros 28.000 palestinos han buscado cobijo en alguno de los 36 refugios de emergencias habilitados por la UNRWA desde que Israel comenzase el pasado 27 de diciembre su operación «Plomo Fundido» en Gaza, explica Francesc Claret, portavoz de esta agencia de Naciones Unidas.

Los centros de la UNRWA sólo acogen, sin embargo, a un tercio de los más de 80.000 palestinos -la mitad de ellos niños- que han abandonado su hogar durante la ofensiva, en la que más de novecientos palestinos han muerto y 4.100 han resultado heridos, según cálculos de ONG locales.

Muchos se han mudado a casa de algún amigo o familiar, en una prueba de que en los territorios palestinos las redes de solidaridad juegan un papel fundamental en los momentos difíciles.

Las familias desplazadas buscan un lugar menos peligroso ante los bombardeos por tierra, mar y aire y -desde hace diez días- el avance de las tropas y tanques israelíes que han invadido Gaza, una lengua de tierra de cuarenta kilómetros de largo por diez de ancho de la que resulta imposible salir.

El Ejército israelí estrechó ayer su cerco e intensificó sus ataques con bombardeos aéreos y rápidas incursiones terrestres en áreas pobladas.

Fuerzas terrestres apoyadas por tanques realizaron incursiones en los barrios de Tal el-Hawa y Sheij Ejlin, en el sur de la ciudad, y luego se replegaron, mientras que el suburbio de al-Atatra, más al norte, también era blanco de sus operaciones.

El norte y el sur de la franja asimismo fueron objetivos de los bombardeos israelíes, que a lo largo de la decimoctava de la operación «Plomo Fundido» atacaron viviendas y zonas desiertas desde donde los grupos armados palestinos lanzan cohetes.

Por otra parte, el ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, aseguró ayer que ya se trabaja en fijar una fecha para el alto el fuego entre Israel y Hamás, aunque subrayó que ambas partes han de aceptarla y acatar el cese de las hostilidades para que la paz sea sostenible.

Moratinos reiteró su optimismo y confianza en la resolución de la crisis en Gaza después de reunirse en Tel Aviv con su colega israelí, Tzipi Livni, en el marco de su gira por Oriente Medio que le ha llevado ya a Egipto y Siria. El jefe de la diplomacia española aseguró que existe una disposición colectiva que apunta a que se está «cerca» de alcanzar un «principio de acuerdo» para el cese de las hostilidades.