Piratas somalíes mantienen retenidos en su propia embarcación a los miembros de un pesquero chino secuestrado el lunes. Foto: REUTERS

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AGENCIAS-NAIROBI/MOGADISCIO

Un carguero de Hong Kong, de nombre Delight, fue secuestrado en aguas del golfo de Adén, cerca de la costa de Yemen, informó ayer el Programa de Asistencia Marítima, con sede en la ciudad keniana de Mombasa. El Delight lleva 25 tripulantes, cuya nacionalidad no se ha precisado, viaja por la costa de Somalia y lleva un cargamento de trigo para Irán.

El secuestro, atribuido a piratas somalís, se produce después del del petrolero saudí Sirius Star, capturado el sábado pasado con otros 25 tripulantes a unas 430 millas (800 kilómetros) al sureste del puerto keniano de Mombasa, frente a la costa de la zona fronteriza de Kenia y Tanzania.

Por su parte, el portavoz de la V Flota de la Marina estadounidense con sede en Bahrein, Nathan Christensen, confirmó el secuestro del carguero por piratas en el Golfo de Adén.

Este buque es el último de los 83 atacados por piratas en la zona del cuerno de Àfrica desde comienzos de 2008, de los cuales trece con cerca de 250 marineros, de ellos más de cien filipinos, siguen secuestrados, según datos de la Oficina Marítima Internacional (OMI).

El Sirius Star, uno de los mayores superpetroleros del mundo, cargado con dos millones de barriles de petróleo procedentes de Arabia Saudí valorados en 80 millones de euros, fue ayer anclado ante las costas del país africano, según informaciones de la filial naviera Aramco y de la Quinta Flota estadounidense.

Ante esta situación «extraordinaria en tiempos de paz» las empresas de transporte marítimo se están planteando una ruta alternativa y más cara, por el Cabo de Buena Esperanza. Esta ruta, un 30% más larga, encarece el viaje «entre 20.000 y 30.000 euros al día», según declaró ayer a los medios el portavoz de la OTAN, James Appathurai.

Las aseguradoras han pagado 100 millones de dólares en un año en rescates, dinero que repercute directamente en el precio de la prima impuesta a quienes viajan por la zona, que ha subido ya un 10% en los últimos meses.

La alternativa es más cara, pero si los ataques persisten y a la inseguridad se suma el aumento de los costes del seguro las cuentas pueden cambiar.