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Con retraso y controversia, los países miembros de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) han adoptado una declaración final de la cumbre de Roma, en la que se comprometen a luchar contra el hambre en el mundo.

Tras analizar la crisis de los alimentos durante tres días, los asistentes acordaron, con no pocas dificultades, una descafeinada declaración "«decepcionante», según anunció el ministro italiano Franco Frattini" donde se acuerdan los viejos compromisos de eliminar el hambre del mundo y de no utilizar los alimentos como un instrumento político y económico, pero no se zanjan los temas más controvertidos.

El proyecto de declaración final fue aprobado por el Plenario «por aclamación», con la única objeción de Argentina y con numerosas críticas.
Pese a los contrarios, el director general de la FAO, Jacques Diouf, aseguró que los resultados obtenidos tras la cumbre sobre la seguridad alimentaria han estado «a la altura de las expectativas». Según Diouf, la cumbre ha permitido recabar más de 6.500 millones de dólares (más de cuatro mil millones de euros) en compromisos de donaciones para luchar contra el hambre y la pobreza. En este sentido, el presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció durante la cumbre que España decicará 500 millones de euros a la crisis alimentaria.

En ella, los países miembros de la FAO se han comprometido a reducir a la mitad el número de personas que sufren hambre de aquí a 2015 a pesar de la crisis alimentaria mundial, según la declaración final. Los países de la FAO han afirmado también que la nutrición «no debe ser utilizada como medio de presión política». Así, se reitera que es «inaceptable que 850 millones de personas sigan malnutridas y reiteran la meta de conseguir la seguridad alimentaria mediante un esfuerzo constante».

«Nosotros reafirmamos las conclusiones» de las cumbres sobre alimentación de 1996 y 2002 «de alcanzar la seguridad alimentaria» y «de reducir a la mitad el número de personas infraalimentadas, como muy tarde en 2015», dice la declaración. El martes, el director general de la FAO, Jacques Diouf, estimó que «con las tendencias observadas actualmente, este objetivo sería obtenido en 2150, en lugar de en 2015».