Al menos dieciocho palestinos, entre ellos niños, mujeres y un periodista de la agencia Reuters, y tres soldados israelíes murieron ayer en Gaza en la jornada de violencia más sangrienta en la franja desde la operación «Invierno caliente», a comienzos de marzo.
Nueve de las víctimas mortales palestinas fueron blanco de una andanada de proyectiles de artillería en el campo de refugiados de Al Bureij, dijeron testigos, aunque el Ejército israelí sostiene que fue un ataque aéreo con cohetes que tenía como objetivo un grupo de milicianos armados de la Yihad Islámica.
El bombardeo causó además más de 20 heridos, algunos de ellos graves, confirmaron los servicios de emergencia y ambulancias en la franja de Gaza. Entre los fallecidos se cuentan mujeres y niños, y entre los heridos hay al menos cinco en situación crítica.
Suministro
Este último episodio suscitó el temor de que Israel diera marcha atrás en su decisión de restablecer el suministro de combustible a Gaza. Sin embargo, Israel permitió el suministro tras reabrir las intalaciones de la terminal de Nahal Oz que abastece a la única central eléctrica de la Franja.
El suministro fue cerrado por Israel el pasado 9 de abril después de que un grupo armado palestino asesinara a dos civiles israelíes en sus instalaciones.
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