El portavoz del Senado, Franco Marini (d), y el presidente Napolitano, ayer en el Palacio Quirinale de Roma. Foto: EFE

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EFE-ROMA

El presidente del Senado italiano, Franco Marini, presentó ayer al jefe del Estado, Giorgio Napolitano, su renuncia al mandato de formar Gobierno al no encontrar consenso entre las fuerzas políticas para cambiar la ley electoral, lo que hace presagiar la convocatoria de elecciones en abril. El pasado 30 de enero, Napolitano encargó a Marini que «explorase» si los partidos estaban dispuestos a apoyar un Gobierno transitorio como salida a la crisis abierta tras la dimisión del primer ministro, Romano Prodi.

Tras el fallido intento de Marini, la palabra pasa de nuevo al jefe de Estado, que tendrá que tomar en breve una decisión y es casi inevitable que disolverá las Cámaras y convocará elecciones anticipadas (la legislatura terminaba 2011).

Marini explicó ayer que a pesar de que la mayor parte de las fuerzas políticas con las que se ha entrevistado se mostraban partidarias de cambiar la ley electoral, no existe «una significativa mayoría sobre cómo puede ser el nuevo sistema de voto que adoptar».

Durante estos días, Marini ha escuchado a todas las fuerzas políticas, excepto la ultraderechista y federalista Liga Norte, que se negó a acudir a las consultas, a los representantes sindicales y de los empresarios, así como al comité organizador del referéndum, ya aprobado, para cambiar la ley electoral.

Desde las primeras consultas, se vio que su misión era prácticamente imposible, ya que las fuerzas políticas mantuvieron la posición ya expresada a Napolitano, eliminando cualquier margen de éxito.

La mayoría del centroizquierda se mostró partidaria de un Gobierno interino para cambiar la ley electoral, mientras la gran parte del centroderecha pidió comicios anticipados.