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Las fuerzas de seguridadfilipinas aplastaron ayer el motín llevado a cabo por un grupo de militares atrincherados en un hotel de Makati, el distrito financiero de Manila, y que exigían la dimisión de la presidenta Gloria Macapagal Arroyo, a la que acusan de corrupción.

Después de casi siete horas de desafío, el grupo de renegados encabezado por el senador y ex oficial del Ejército, Antonio Trillanes, y el general Danilo Lim, se rindió a las tropas que irrumpieron en el lujoso establecimiento hotelero. «Vamos a salir por la seguridad de todo el mundo», dijo Trillanes a los periodistas, después de que un vehículo blindado tumbara la puerta principal y el humo de los gases lacrimógenos disparados por las fuerzas especiales comenzase a extenderse por amplio vestíbulo del hotel.

Trillanes y Lim, sometidos a juicio por su implicación en el motín que tuvo lugar en 2003 y en el que participaron cerca de 300 oficiales, salieron esposados del hotel Península, del que sus huéspedes fueron desalojados dos horas antes.

Tras poner fin al motín, el ministro filipino del Interior, Ronaldo Puno, anunció que había sido impuesto el toque de queda en Manila y las provincias circundantes a la capital.

Al mismo tiempo, el Gobierno puso a la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas en estado de máxima alerta con la finalidad de impedir movimientos inusuales de tropas, y ordenó reforzar la seguridad en torno al Palacio de Malacañang, residencia oficial de la presidenta.

También soldados fuertemente armados y policías montaron controles en las principales carreteras del país para interceptar a posibles seguidores de los amotinados, cuando estos ya habían sido detenidos.

La presidenta Macapagal Arroyo, que mantiene para el próximo 3 de diciembre su prevista visita de Estado a España, apareció en la televisión estatal para tranquilizar a la población, parte de ella casi habituada a los motines y las intentonas de golpe de Estado.

«Una vez tras otra hemos demostrado al mundo la estabilidad de las instituciones de nuestra democracia y la fuerza de nuestro Gobierno», dijo la mandataria tras una reunión de urgencia con el Consejo Nacional de Seguridad. Macapagal Arroyo, que ha resistido ya a dos intentonas de golpe de Estado desde que asumió la presidencia en 2001, es cada vez más impopular a causa de los escándalos por corrupción.